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Tipos de Meditación. Parte IV Asimilación de las Verdades Divinas

Tipos de Meditación. Parte IV Asimilación de las Verdades Divinas

Tipos de Meditación

Parte IV
Asimilación de las Verdades Divinas

Sección A. Modos de Meditación General

Los límites de la meditación filosófica

Los comienzos de la vida espiritual están signados y ayudados por la meditación general, la cual no atañe exclusivamente a  aspectos selectos específicos, particulares de la experiencia, sino que, en su vasto campo, lo que pretende es comprender y asimilar las Verdades divinas de la vida y del universo. Cuando el sadak, el  aspirante a la verdad se interesa en los problemas más amplios de la naturaleza última de la vida, en los conceptos más profundos del universo y empieza a pensar en ellos, de alguna manera puede decirse que se ha lanzado a esa meditación. Mucho de lo que la filosofía contiene es resultado de tratar de desarrollar una comprensión intelectual de la naturaleza última de la vida y del universo.

La comprensión que es solo intelectual de las Verdades divinas sigue siendo una comprensión  débil, incompleta, poco precisa, debido a las limitaciones de las experiencias que se pueden obtener como cimiento de estas  estructuras que son meras especulaciones, meras suposiciones, que no están acompañadas de experiencias. La meditación filosófica, que consiste en pensar libremente y sin ayuda, no conduce a resultados concluyentes, definitivos. Puede llevarnos hacia la comprensión de diversos sistemas o puntos de vista que no siempre están claros, sino que están en oposición, en lucha; no obstante, la meditación filosófica tiene su propio valor no carece de valor. Porque además de introducir al aspirante, hasta cierto punto en el campo del conocimiento, también proporciona disciplina mental, disciplina  intelectual que de alguna manera le permite recibir y captar las Verdades divinas cuando el aspirante  llega a descubrirlas de forma directa de aquellos que realmente saben.

El estudio de las Verdades reveladas

La manera más provechosa, más productiva, más beneficiosa que nos da la meditación general consiste en estudiar las Verdades reveladas vinculadas  a la vida y al universo. Este modo de comprender y asimilar las Verdades divinas puede comenzar escuchando o que estamos leyendo los discursos o las exposiciones sobre la Verdad divina, que tienen su fuente en los Maestros de la verdadera sabiduría. Por ejemplo los discursos del Avatar o de los Maestros Perfectos vivos, los escritos del Avatar o de los Maestros Perfectos del pasado, son temas adecuados para este modelo de meditación general porque la asimilación de las Verdades divinas reveladas por medio de los Maestros o del Avatar permite al aspirante de conocimiento alinear su vida con el propósito de Dios en el universo.

El valor de escuchar

Las Verdades Divinas pueden ser comprendidas y asimiladas más fácilmente cuando un Maestro las transmite directamente al Sadak, al buscador de la verdad. Estas comunicaciones personales del Maestro tienen una fuerza y una eficacia que nunca pueden pertenecer a la información recibida por el aspirante por medio de otras fuentes de conocimiento. La palabra cobra vida y potencia debido a la vida y personalidad del Maestro. De ahí que las escrituras recalquen que es necesario escuchar las Verdades divinas expresadas directamente por un Maestro (Gurumukh). La forma  de meditación general que depende de escuchar las exposiciones sobre las Verdades divinas es indudablemente la mejor, cuando el aspirante tiene la oportunidad de tomar contacto directo con un Maestro y de escucharlo.

La ventaja de la meditación por medio de la lectura

Sin embargo, al aspirante no siempre le es posible tomar contacto con un Maestro y escucharlo. En estos casos la meditación por medio de lectura tiene ciertas ventajas. Para los buscadores de la verdad en general, la meditación mediante lectura difícilmente pueda ser sustituida, porque consiste en exposiciones escritas que pueden conseguirse cómodamente a cualquier hora, en cualquier momento. La meditación que se inicia con una lectura sobre las Verdades Reveladas, sobre las verdades ofrendadas por los Maestros tienen esta ventaja especial, es de fácil acceso a la mayoría de los aspirantes a la Verdad.

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Sección B. La lectura como meditación

Las desventajas de la meditación a través de la lectura

La meditación mediante la lectura tiene sus desventajas porque, en su mayoría, las exposiciones escritas sobre las Verdades divinas tienen por objeto el estudio intelectual, mental, más que la asimilación por medio de la meditación. Las dificultades que los aspirantes experimentan en relación con esto se deben a que: el método de la meditación no se adapta al tema; o hay cierto defecto en el método, lo cual lo puede volver mecánico y carente de inspiración; o a la inconsistencia y a la  vaguedad del tema utilizado para la meditación.

La meditación específica mediante la lectura elimina las dificultades

Todas las causas mencionadas anteriormente, que desnaturalizan, que frustran la meditación han sido evitadas en la meditación específica recomendada en esta Parte de los Discursos. Su propósito es no sólo explicar la manera de desarrollar la meditación mediante lectura sino también proporcionar una exposición sobre la Verdad divina a fin de satisfacer los requisitos de esta forma de meditación, de esta forma de meditar. Las dificultades habituales que existen en la meditación mediante lectura han sido eliminadas en esta meditación específica, asegurando que el proceso de la meditación, que el proceso meditativo y el tema se adapten entre sí y también a las condiciones de la meditación inteligente; elaborando las diferentes fases de la meditación a partir de la lectura; y proporcionando una exposición breve, una exposición específica especialmente preparada sobre las Verdades divinas, que es un tema adecuado y valioso para la meditación mediante lectura.

Las tres etapas de la meditación mediante lectura

La forma de meditar a partir de la lectura sobre las Verdades divinas tiene tres etapas:

1. En la primera etapa, el Sadak, el aspirante tendrá que leer diariamente la exposición y pensar simultánea, enteramente en las verdades que ha leído en la exposiciones

2. En la segunda etapa, es innecesaria la lectura real, pero hay que evocar, recordar,  revivir mentalmente y pensar constantemente en el tema leído en  la exposición.

3. En la tercera etapa, a la mente le es totalmente innecesario revivir separada y consecutivamente las palabras de la exposición, y de esta manera toca a su fin todo el pensamiento discursivo sobre el tema. En esta etapa de la meditación, la mente ya no se ocupa de la serie de pensamientos, de la secuencia de pensamientos  sino que percibe en forma clara, espontánea e intuitivamente las Verdades divinas expresadas en la exposición.

El tema sobre el cual hay que meditar

La meditación inteligente consiste en pensar en un tema en particular con profundidad, de modo tal que creemos que la mejor ayuda  para la meditación de este tipo consiste en  una clara exposición del tema de la meditación, una exposición precisa, sobria, concreta,  concisa  sobre las Verdades divinas que abarque toda la historia de la creación, también un relato completo sobre el sendero espiritual y la meta de la realización del Ser son temas convenientes sobre los cuales se debería meditar. El aspirante podrá leer inteligentemente la lectura, el discurso, la exposición y asimilar las Verdades divinas que la exposición, la explicación ofrece.

Ventajas de una forma específica de meditación

Esta forma especial de meditación es muy fácil y útil porque la lectura del tema y el pensar sobre éste tienen que efectuarse simultáneamente. Además, al hacer que la exposición sobre el tema sea clara, sea precisa, sea  concisa, se elimina la probabilidad de cualquier trastorno que surja de pensamientos irrelevantes, de pensamientos superficiales. Es muy difícil evitar el trastorno causado por los  pensamientos superficiales, vacíos e  irrelevantes mientras meditamos sobre algún ensayo o libro extenso, aun cuando  lo sepamos de memoria. Por lo tanto, es impracticable la meditación espontánea sobre temas expuestos de esa manera. La aparición de pensamientos irrelevantes y superficiales es muy probable durante la meditación prolongada sobre ideas abstractas o algún objeto concreto de la experiencia. Pero los pensamientos irrelevantes son extremadamente improbables si el tema utilizado para meditar consiste en exposiciones breves sobre la Verdad, una Verdad  que está más allá de los sentidos, una Verdad supersensible. Si el aspirante medita sobre la siguiente exposición acerca de las Verdades divinas de la manera antes indicada, la meditación se volverá no sólo espontánea, fácil, encantadora e inspiradora, sino también va ser útil y exitosa. De esta manera el Sadak estará dando un importante paso hacia la realización de la meta de la vida.

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Sección C. Las Verdades divinas (para la meditación mediante lectura)

La Travesía del Alma hacia el Alma Universal

El alma y su ilusión

En realidad, Atma, o el alma, es idéntica a Paramatma, o el Alma Universal, la cual es una, infinita y eterna. De hecho, el alma está más allá de los mundos físicos, de la esfera sutil y de la esfera  mental. Sin embargo, la experimentamos como si fuera limitada, debido a su identificación con el sharir (cuerpo físico), el pran (cuerpo sutil, que es el vehículo de los deseos y las fuerzas vitales)  y el manas (cuerpo mental, que es el asiento de la mente). El alma en su estado trascendental es una, sin forma, eterna e infinita,  pero se identifica con el mundo fenoménico de las formas, las cuales son muchas, finitas y destructibles. Esto es Maya, la Ilusión cósmica.

Los estados del mundo fenoménico

El mundo de los fenómenos  de los objetos finitos es totalmente ilusorio y falso. Tiene tres estados: el estado físico, el sutil y el mental. Aunque todos estos tres estados del mundo son falsos, representan diferentes grados de falsedad. De manera que el mundo físico es el que se halla más lejos de la Verdad, más lejos de Dios, el mundo sutil está más cerca de la Verdad, y el mundo mental es el más próximo a la Verdad. Todos estos tres estados del mundo deben su existencia a Maya, la Ilusión cósmica, que el alma tiene que trascender antes de realizar la Verdad.

El propósito de la creación

El único propósito de la creación es que el alma disfrute conscientemente el estado infinito del Alma Universal. Aunque el alma existe eternamente en y con el Alma Universal, en una unidad inviolable, única, no puede ser consciente de esta unidad independientemente de la creación, la cual se halla dentro de los límites del tiempo. Por lo tanto, debe hacer que la consciencia evolucione antes de poder comprender que su verdadera jerarquía, que su verdadera  naturaleza es idéntica a la infinita Alma Universal, la cual es sólo Una. Para que la consciencia evolucione necesita la dualidad de la relación  sujeto y objeto: el centro de la consciencia y el entorno, el mundo de las formas.

La causa de la Ilusión cósmica

¿Cómo queda el alma atrapada en la Ilusión? ¿Cómo es que el Alma sin forma, infinita y eterna llega a experimentarse como si tuviera forma y fuera finita y destructible? ¿Cómo es que Purusha, o el Espíritu supremo llegó a “pensarse” como prakriti, o el mundo de la naturaleza? En otras palabras, ¿cuál es la causa de la Ilusión cósmica en la que el alma individualizada se encuentra? El alma necesita consciencia para comprender la verdadera esencia del Alma Universal, la cual es Una, la cual es indivisible, real e infinita. El alma adquiere consciencia, pero esta consciencia no es de Dios sino del universo, no es del Alma Universal sino de su sombra, no es de la Unidad sino de la multiplicidad, no es de lo Infinito sino de lo finito, y no es de lo Eterno sino de lo transitorio. De manera que el alma, en lugar de realizar al Alma Universal, se involucra en la Ilusión cósmica y es por eso que, aunque realmente es Infinita, llega a experimentarse como finita. En otras palabras, cuando el alma desarrolla la consciencia, no toma consciencia de su propia naturaleza sino del mundo fenoménico, el cual es su propia sombra.

La evolución y los grados de la consciencia

A fin de tomar consciencia del mundo fenoménico, el alma debe adoptar alguna forma como su instrumento para experimentar el mundo; el grado y la clase de consciencia son determinados por la naturaleza de la forma que use como instrumento. Primeramente, el alma toma consciencia del mundo físico por medio de una forma física, material. La clase de consciencia del mundo físico que el alma tiene al comienzo es muy parcial y rudimentaria. Por consiguiente, el alma adopta la forma menos desarrollada, o sea, la forma de la piedra.

La fuerza dinámica de la evolución

La fuerza dinámica de la evolución consiste en el impulso que la consciencia recibe debido a que conserva las impresiones mentales, los sanskaras dejadas por diversos deseos o condiciones, estados o clases. De manera que los sanskaras desarrollados,  cultivados de una forma particular necesariamente  tienen que desarrollarse y concretarse instrumentando una forma superior de consciencia y, por consiguiente, una forma más desarrollada del mundo físico. Por lo tanto, el alma tiene que adoptar formas cada vez más desarrolladas, más elevadas, como metal, vegetal, gusano (e insecto), pez, ave y animal hasta asumir finalmente una forma humana, en la que desarrolló totalmente la consciencia en todos los aspectos relacionados con los conocimientos, sentimientos y la voluntad del mundo físico.

La manera con la que los sanskaras tienen como corolario la evolución de la consciencia, y las formas correspondientes, tienen una analogía útil  con la experiencia común. Si el deseo de un hombre es representar en el escenario el papel de un rey, sólo podrá tener esa experiencia adoptando realmente el porte de un rey y subiendo al escenario. Esto es verdad respecto a las aspiraciones y deseos, los cuales solamente pueden concretarse y cumplirse cuando  producen un cambio real en toda la situación, al igual que el instrumento, por medio de lo cual puede experimentarse adecuadamente la situación. Este paralelismo es muy útil para comprender la dinámica de la evolución, la cual no es mecánica, sino que realmente tiene un propósito.

La identificación con las formas

Los sanskaras no son solamente responsables de la evolución de la forma, de la evolución del cuerpo y  de la clase de consciencia conectada con el cuerpo, sino que también son responsables de la manera en que  la consciencia se sujeta al mundo de las formas, al mundo  fenoménico. Los sanskaras, las impresiones mentales hacen que sea imposible la liberación de la conciencia, la emancipación de la consciencia, es decir  que ésta se retire del mundo fenoménico hacia el alma misma, en la etapa subhumana, y que sea difícil en el plano humano. Puesto que la consciencia se aferra a los sanskaras previos, anteriores y la experiencia del mundo fenoménico es condicionada por el uso de una forma adecuada, de un cuerpo adecuado como instrumento, en cada etapa de la evolución el alma se identifica a sí misma con una forma en particular. De manera que el alma, que en realidad es infinita y sin forma, se experimenta como finita y piensa que ella misma es una piedra, un metal, un vegetal, un gusano, un pez, un ave o un animal, de acuerdo con el grado de desarrollo de la consciencia. Finalmente, mientras experimenta el mundo físico por medio de la forma humana, el alma piensa que es un ser humano.

La reencarnación y la ley del karma

El alma tiene la consciencia plenamente desarrollada y completa en la primera forma humana, por lo tanto, no necesita  evoluciones ulteriores de su  forma física, de su  cuerpo físico. De manera que la evolución de las formas toca su fin al alcanzar la forma humana. El alma tiene que reencarnar una y otra vez en las formas humanas para experimentar los diversos sanskaras que fueron desarrollados y  cultivados en aquellas formas. Las innumerables formas humanas por las que el alma tiene que pasar son determinadas por la ley del karma, o sea por  la naturaleza de sus sanskaras  anteriores, que pueden ser de vicio, de virtud, de felicidad o de aflicción. El alma, que es eterna, se identifica durante estas vidas con el cuerpo físico, que es destructible.

Los cuerpos sutil y mental

Mientras el Alma desarrolla la plena consciencia del mundo físico en la forma humana, simultáneamente desarrolla los cuerpos sutil y mental. Pero mientras su consciencia se limite únicamente al mundo físico, no puede usar conscientemente estos cuerpos en estado de vigilia. Sólo es consciente de estos cuerpos (sutil y mental) y de los mundos correspondientes a estos cuerpos cuando su consciencia plena se internaliza, o sea, se vuelve hacia adentro, se vuelve hacia ella misma. El alma se identifica con el cuerpo sutil cuando es consciente del mundo sutil, y se identifica con el cuerpo mental cuando es consciente del mundo mental, así como se identifica con el cuerpo físico cuando es consciente del mundo físico por medio del cuerpo físico.

El sendero espiritual

El viaje de regreso del alma consiste en que el alma se libere de la ilusión de que ella, el alma,  es idéntica a sus cuerpos físico, sutil y mental. Cuando la atención del alma se vuelve hacia el conocimiento de Sí Misma y la realización de Sí Misma, las impresiones mentales, los sanskaras que mantienen a la consciencia volcada, atada  hacia el mundo fenoménico se sueltan y de esta manera comienzan a desaparecer gradualmente. Los sanskaras van desapareciendo a medida que el alma atraviesa el velo de la Ilusión cósmica; entonces empieza no sólo a trascender los diferentes estados del mundo fenoménico, sino que también se conoce como diferente de sus distintos cuerpos. El sendero espiritual comienza cuando el alma se encuentra y se  vuelca toda su consciencia hacia la Verdad, su consciencia hacia Dios.

En la primera etapa, el alma está totalmente inconsciente de su cuerpo físico y del mundo físico, y experimenta el mundo sutil por medio del cuerpo sutil, con el cual se identifica. En la segunda etapa, el alma está totalmente inconsciente de sus cuerpos físico y sutil, y también de los mundos físico y sutil, y experimenta el mundo mental por medio de su cuerpo mental, con el cual ahora se identifica. En esta etapa puede decirse que el alma está frente a frente con Dios, con el Alma Universal, a quien reconoce como infinita. Pero aunque reconoce la infinitud del Alma Universal, lo hace de manera objetiva, se considera finita debido a su identificación con el cuerpo mental, con su propia mente.

Tenemos  la paradoja de que el alma, que en realidad es infinita, ve su estado infinito, pero aún sigue considerándose finita porque, mientras ve su estado infinito, considera que ella es la mente. Ello es debido a que se imagina que es la mente y contempla al Alma Universal como un objeto de la propia mente. Además, no sólo anhela ser Una con el Alma Universal que está en estado objetivo, sino que también se esfuerza en satisfacer ese anhelo.

La meta

En la tercera etapa, la plena consciencia del alma se ve atraída aún más hacia el interior y cesa de identificarse aún con el cuerpo mental. Así el alma en la tercera y última etapa, que es la meta, deja de identificarse con los tres cuerpos que ella había desarrollado para que evolucionara la plena consciencia. Ahora no sólo se conoce como sin forma y más allá de todos los cuerpos y de todos los mundos, sino que también realiza con plena consciencia su propia unidad con el Alma Universal, la cual es Una, indivisible, real e infinita. Durante esta realización de la Verdad, ella disfruta de la felicidad, la paz, el poder y el conocimiento infinitos, las cuales son características del Alma Universal.

Resumen de la travesía del alma hacia el Alma Universal

Al principio, el alma, al no haber desarrollado aún la plena consciencia, es inconsciente de su identidad con el Alma Universal. De ahí que, aunque intrínsecamente sea inseparable del Alma Universal, el alma no puede percibir su propia identidad con ella, tampoco puede experimentar la paz, la felicidad, el poder y el conocimiento infinitos. El alma no puede percibir el estado del Alma Universal, ni siquiera después de la evolución de su plena consciencia, si bien está todo el tiempo con y en el Alma Universal, porque su consciencia está restringida al mundo fenoménico debido a los sanskaras, a la impresiones mentales  conectados con la evolución de la consciencia. El alma ni siquiera es consciente de sí misma en el sendero, y sólo es consciente de los mundos físico, sutil y mental, los cuales son sus propias sombras de ilusión, sus falsas sombras.

Sin embargo, al final del sendero, el alma se libra de todos los sanskaras y deseos conectados con los mundos físico, sutil y mental. Entonces le es posible librarse de la ilusión de que ella es finita, ilusión que cobró vida debido a su identificación con los distintos  cuerpos físico, sutil y mental. En esta etapa, el alma trasciende por completo el mundo de los  fenómenos y es consciente de Sí Misma, Realizándose. El alma debe retener su plena consciencia para alcanzar esta meta, y al mismo tiempo conocerse como diferente del sharir (cuerpo físico), del pran (cuerpo sutil, que es el vehículo de los deseos y de las  fuerzas vitales), y del manas (cuerpo mental, que es el asiento de la mente), y también conocerse como más allá de los mundos físico, del mundo sutil y del mundo  mental.

El alma tiene que emanciparse gradualmente de la ilusión de que es finita, liberándose de la esclavitud de los sanskaras, de las impresiones mentales  y conociéndose como diferente de los distintos  cuerpos: del cuerpo  físico, del cuerpo sutil y  del cuerpo mental. Entonces de esta manera destruye,  aniquila al falso ego ( la ilusión de “yo soy el cuerpo físico”, “yo soy el cuerpo sutil”, o “yo soy el cuerpo mental”). Mientras el alma se libra así de su ilusión, aún retiene la plena consciencia, la cual ahora da por resultado el verdadero conocimiento de Sí Misma y la realización de la Verdad. Escapar a través de la Ilusión cósmica y realizar con plena consciencia su identidad con el Alma Universal infinita es la meta, es la meta  de la larga travesía del alma.