Me siento muy feliz porque, respondiendo a mi llamado, ustedes se han reunido para recibir el mensaje que les envié. La condición más importante del discipulado es estar dispuesto a trabajar, en el sendero, por la causa espiritual de acercar cada vez más a la humanidad a la realización de Dios. Me alegra darme cuenta que, por la fe que me tienen y por como me aman, se han ofrecido de todo corazón para participar en mi trabajo universal que consiste en espiritualizar al mundo. Tengo plena confianza de que no sólo heredarán para sí mismos la Verdad que yo les traigo, sino que también llevarán la antorcha con entusiasmo, con valentía, con osadía a la humanidad que está envuelta en una ignorancia profunda.
Debido a que el trabajo espiritual es sumamente importante para el bienestar verdadero, para el bienestar último de la humanidad, el trabajo espiritual conlleva un llamado natural e imperioso para todos aquéllos que aman a la humanidad. Es muy necesario conocer claramente la naturaleza de este llamado. El mundo entero se sostiene firmemente en la falsa idea de la separatividad, de la dualidad, el mundo entero está atrapado en la ilusión de la dualidad, está sujeto a todas las complejidades de la dualidad. Los trabajadores espirituales tienen que redimir al mundo de las angustias de esta dualidad que es imaginada, que es falsa, haciendo que la humanidad entera se dé cuenta de la verdadera unidad que toda la vida es.
La causa de la multiplicidad ilusoria es que el alma, en su ignorancia, se identifica con sus distintos cuerpos o con la mente egoica. Los cuerpos físico, sutil y mental son todos instrumentos para experimentar por medio del ego, los diferentes estados del mundo de la dualidad. Sin embargo, no pueden ser instrumentos para conocer la verdadera naturaleza del alma, la cual está por encima de todos ellos. El alma queda atrapada en la ignorancia de la multiplicidad al identificarse con los cuerpos o con la mente basada en el ego. El alma en todos los cuerpos, con la mente egoica, es realmente una sola existencia indivisa, no dual, que no está dividida. Sin embargo, cuando se mezcla con estos cuerpos y con la mente egoica, los cuales son solo vehículos, se considera limitada y se contempla como un alma separada entre la multiplicidad de la Creación, en lugar de considerarse como la Realidad única que no tiene dos.
Cada alma es eterna, cada alma es una con el Alma Universal única, indivisa, e indivisible, la cual es la única Realidad. Sin embargo, la falsa identificación con los cuerpos y con la mente egoica crea la ilusión de la multiplicidad y de la diferenciación dentro de la totalidad. Los cuerpos, con la mente egoica, son solamente instrumentos o vehículos de la consciencia y, cuando el alma experimenta los diferentes planos internos con distintos instrumentos o vehículos, pasa por distintos estados de consciencia.
En su mayoría, las almas no son conscientes de su verdadera naturaleza como Dios, quien es la Unidad y la Realidad de todas las almas. La realización de Dios está latente en ellas, pues todavía no se llegó a experimentar en forma consciente. Quienes se quitaron el velo de la dualidad experimentan al alma por sí misma independientemente de cualquier instrumento o vehículo. En esta experiencia, el alma se conoce conscientemente como idéntica a Dios, quien es la Unidad y la Realidad de todas las almas. La vida en la Verdad de la unidad de todo trae consigo la libertad respecto de toda limitación y de todo sufrimiento. Es la afirmación personal de lo Infinito como infinito. En este estado de Libertad y Perfección espirituales, el ego finalmente se rinde, capitula completamente a fin de experimentar y liberar la Vida Divina de la Verdad, conociendo y afirmando que Dios es la única Realidad que vale la pena vivir.
Realizar a Dios es vivir en la eternidad; es una experiencia atemporal. Pero la labor espiritual debe efectuarse para las almas que están atrapadas en los laberintos de la creación, la cual están sujetos al tiempo. Los trabajadores espirituales no pueden permitirse ignorar el elemento tiempo en la creación. Ignorar al tiempo sería ignorar a la labor espiritual misma. Es imperioso estar al tanto con discernimiento del fluir del tiempo en la creación, y apreciar plenamente la suprema importancia del momento, en el futuro cercano, que será testigo del otorgar universal de la Verdad de la sabiduría espiritual.
La tarea de los trabajadores espirituales consiste en ayudarme a otorgar en forma universal la sabiduría espiritual, la Verdad a la humanidad que sufre. Ustedes no sólo tienen que preparar a la humanidad para que reciba esta Verdad sino también ustedes mismos deben establecerse en esa Verdad. Es extremadamente importante recordar que podrán ayudar a los demás a ganar la libertad espiritual y salir de la ilusión de la dualidad solamente si no olvidan esta idea de la unidad mientras están trabajando por los otros, quienes tienden a crear divisiones donde no existen y así no dan respiro a los trabajadores espirituales.
La mente de las personas ha de ser purificada completamente de toda forma de egoísmo e intolerancia si han de heredar la vida en la eternidad, de la que soy portador. De ninguna manera es una tarea fácil persuadir a la gente para que renuncie al egoísmo y la intolerancia.
No es por accidente que las personas se dividen en ricos y pobres, en gente querida y abandonada, gobernantes y gobernados, líderes y masas, opresores y oprimidos, gente encumbrada y gente humilde, ganadores de laureles y receptores de ignominia. Estas diferencias han sido creadas y sostenidas por aquellas personas que son espiritualmente ignorantes, se apegan a estas formas y sus pensamientos y sentimientos perversos están tan arraigados que ni siquiera son conscientes de su perversidad. Se acostumbraron a considerar que la vida está dividida en compartimentos inviolables , y se niegan a renunciar a una actitud de separación, de división. Cuando ustedes se lancen a su labor espiritual, ingresarán en un campo de divisiones a las que la gente se aferra desesperadamente, y la gente misma acentúa y pugna por perpetuar consciente o inconscientemente esta separación.
Solo la condena de estas divisiones no les permitirá destruirlas. Las divisiones se nutrirán con pensamientos, con sentimientos de separación, los cuales sólo podrán ceder en contacto con el amor y en contacto con la comprensión. Tienen que ganarse a la gente para que viva en la Verdad; no pueden obligarla a espiritualizarse. No es suficiente que sus corazones estén repletos de amistad genuina y de mucha bondad. Si han de tener éxito en la labor espiritual, tienen que hacer que la gente se dé cuenta cabalmente con fe y convicción que ustedes la están ayudando a redimirse de la esclavitud y el sufrimiento, y a Realizar al Ser Supremo, del cual son legítimos herederos. No hay otro modo de ayudar para que alcancen la libertad espiritual y la iluminación.
Deben comprender claramente los cuatro puntos siguientes para prestar ayuda espiritual:
1. Aparente descenso a un nivel más bajo.
A menudo puede ser necesario que ustedes aparentemente desciendan al nivel de aquéllos a quienes están tratando de ayudar. Aunque lo que ustedes se propongan sea elevar a las personas a niveles superiores de consciencia, ellas no podrían aprovechar lo que ustedes dicen si no les hablaran con términos que pudieran comprender, pues no captarían los pensamientos y los sentimientos que ustedes quieren transmitir. Necesariamente no entenderían a menos que ustedes se puedan adaptar al lenguaje, a la experiencia y a la aptitud y capacidades de la gente que quieren ayudar. Sin embargo, es igualmente importante recordar que mientras hacen esto, no deben perder realmente su propio nivel de comprensión que es más elevado. Ustedes irán modificando su actitud y su técnica cuando esas personas gradualmente lleguen a una comprensión cada vez más y más profunda, y entonces el aparente descenso de ustedes a ese nivel inferior será solo temporal.
2. La comprensión espiritual asegura un progreso integral.
No deben dividir la vida en sectores ni empezar luego a tratar cada sector por separado y de manera exclusiva. Sectorizar, dividir lo que pensamos suele ser a menudo un obstáculo para tener una visión integradora, una visión amplia. De manera que, si dividen la vida en política, educación, moralidad, progreso material, ciencia, arte, religión, misticismo y cultura, y después piensan de manera exclusiva en uno solo de estos aspectos, las soluciones que ustedes den a la vida no podrán ser satisfactorias ni definitivas. Pero si logran despertar inspiración y comprensión espiritual, el progreso que sobrevendrá en todos estos ámbitos de la vida será automático. Tendrán que aspirar a dar, como trabajadores espirituales, una solución completa, una solución real a todos los problemas individuales y sociales de la vida.
3. El progreso espiritual consiste en desarrollar espontáneamente una comprensión que surja desde dentro.
Como trabajadores espirituales también tienen que recordar que la sabiduría espiritual que ustedes desean transmitir a los demás ya está latente en ellos, y que lo único que ustedes tienen que instrumentar es el “develamiento”, el retirar los velos de esa sabiduría espiritual. El progreso espiritual no es un proceso que consiste en acumular desde afuera, sino un proceso de desarrollo que va desde adentro. Un Maestro es absolutamente necesario para que cualquier persona llegue al Conocimiento de Sí Mismo, pero el verdadero significado de la ayuda que el Maestro da consiste en el hecho de que él hace posible que los demás entren en plena posesión de sus propias posibilidades latentes.
4. Algunas preguntas son más importantes que las respuestas.
Como trabajadores espirituales, no deben perder de vista la verdadera labor que el Maestro desea efectuar por medio de ustedes. Cuando comprendan claramente que la sabiduría espiritual está latente en todos, ya no estarán ansiosos de dar a los demás respuestas y soluciones construidas, ya hechas. En muchos casos se contentarán con plantear a los demás un problema nuevo o con aclarar la naturaleza del problema que están afrontando. Pueden haber cumplido su deber si les formulan una pregunta que ellos no se harían cuando se encuentran en una situación práctica. En algunos casos habrán cumplido el deber si logran hacer que la actitud de ellos sea la de buscar y preguntar, de modo que ellos mismos empiecen a comprender y resolver sus problemas de manera más fructífera y creativa. Darles un punto de vista más profundo o sugerirles un modo más desarrolado de pensar y actuar puede significar mucho más que confiarles los resultados del criterio que ustedes tienen. Las preguntas que tal vez les ayuden a formularse por sí mismos no han de ser solo teóricas ni necesariamente complicadas. Si son simples, directas y fundamentales, se contestarán solas, y la gente encontrará sus propias soluciones. Les habrán prestado un servicio indispensable y valioso porque, sin la discreta intervención que ustedes han brindado, ellos no habrían llegado a resolver sus múltiples problemas desde el punto de vista espiritual.
Se ha visto que los trabajadores espirituales deben necesariamente enfrentarse con muchos obstáculos, pero los obstáculos están para ser vencidos. Aunque algunos de estos obstáculos parezcan insuperables, ustedes tienen que esmerarse en ayudar a los demás independientemente de los resultados o las consecuencias. Todos los obstáculos y su superación, el éxito y el fracaso son ilusiones dentro del campo infinito de la Unidad. La tarea de ustedes ya está hecha cuando la realizan de todo corazón. Si se muestran constantes y enfocados en su deseo de ayudar a mi causa de despertar a la humanidad respecto de la única realidad y de que, en última instancia, lo único que vale es Dios y solamente Dios, entonces tendrán muchas oportunidades para trabajar espiritualmente. Hay una gran perspectiva para trabajar en este campo.
Deben efectuar su labor sin preocuparse por las consecuencias, independientemente del éxito o del fracaso, pero deben confiar en que está asegurado el resultado de lo que hagan con este espíritu y con esta comprensión. Mediante las incansables actividades de los trabajadores espirituales, la humanidad emprenderá una nueva vida de paz permanente y dinámica, llena de armonía, fe invencible y dicha imperecedera, una dulzura inmortal , una pureza incorruptible, amor creador y comprensión infinita.