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Dios y el Individuo

Dios y el Individuo

Dios y el Individuo

Dios es la única realidad

Dios es infinito. Está más allá de los opuestos de bien y mal, correcto e incorrecto, virtud y vicio, nacimiento y muerte, placer y sufrimiento. Tales aspectos duales no pertenecen a Dios. Si vemos a Dios como una entidad separada, se vuelve un término dentro de la existencia relacional. Así como el bien es la contraparte del mal, Dios se convierte en la contraparte del no-Dios, y el Infinito acaba siendo considerado lo opuesto de lo finito. Cuando hablamos de lo Infinito y lo finito, los consideramos como dos cosas, y el Infinito ya se ha convertido en la segunda parte de la dualidad. Pero el infinito pertenece al orden no-dual de la existencia. Si el Infinito se considera la contraparte de lo finito, estrictamente hablando, ya no es infinito sino una especie de finitud, pues queda fuera de lo finito como su opuesto y así queda limitado. Como el Infinito no puede ser la segunda parte de lo finito, la existencia aparente de lo finito es falsa. Sólo existe el Infinito. No se puede rebajar a Dios al dominio de la dualidad. En realidad sólo existe un ser y es el Alma Universal. La existencia de lo finito o limitado es sólo aparente, es sólo imaginaria.

Existencia aparente de lo finito

Eres infinito. Realmente estás en todas partes, pero piensas que eres el cuerpo y por ende te consideras limitado. Si piensas que eres el cuerpo que ahora está sentado, no conoces tu verdadera naturaleza. Si miraras al interior y experimentaras tu propia alma en su verdadera naturaleza, te darías cuenta de que eres infinito y estás más allá de toda creación; pero te identificas con el cuerpo. Esta falsa identificación se debe a la ignorancia que se hace presente a través del vehículo de la mente. El hombre común piensa que es el cuerpo físico. El hombre espiritualmente avanzado piensa que es el cuerpo sutil. El santo piensa que es la mente. Pero el alma no experimenta el Auto-conocimiento directo en ninguno de éstos. No se trata de pensamiento puro sin mezcla de ilusión. El alma como alma es infinita -al margen de mente o al margen del cuerpo-  pero debido a la ignorancia, el alma queda bajo la influencia de la mente y se convierte en pensadora, mente que piensa, identificándose a veces con el cuerpo y a veces con la mente. Desde el punto de vista limitado de la persona que no ha trascendido el dominio de Maya, existe un sinnúmero de individuos. Parece haber tantos individuos como mentes y como cuerpos. De hecho, sólo hay un Alma Universal, pero el individuo piensa que es distinto a otros individuos. Últimamente, sólo hay una misma alma detrás de las mentes de individuos supuestamente diferentes, y por medio de ellas tiene las múltiples experiencias de la dualidad. El Uno en los muchos llega a experimentarse como uno de los muchos. Esto se debe a la imaginación o al falso pensar.

La causa del falso pensar

El pensar se vuelve falso debido a la interferencia de los sanskaras, de las impresiones acumuladas durante el proceso de la evolución de la consciencia. La función de la consciencia se pervierte por la operación de sanskaras que se manifiestan como deseos. A lo largo de muchas vidas, la consciencia va acarreando las secuelas de la experiencia. La percepción del alma está limitada por estas secuelas. El pensar del alma no puede romper el cerco creado por los sanskaras y la consciencia se vuelve una indefensa prisionera de ilusiones proyectadas por su propio falso pensar. Esta falsedad de pensamiento no sólo se presenta en casos donde la consciencia está parcialmente desarrollada, sino también en el hombre, donde se ha desarrollado plenamente.

Alcance de la consciencia plena

La evolución progresiva de la consciencia, comenzando con la etapa de piedra, culmina en el hombre. La historia de la evolución es la historia del desarrollo gradual de la consciencia. El fruto de la evolución es la consciencia plena, que es característica del hombre. Pero incluso esta consciencia plena es como un espejo cubierto de polvo. Debido a la operación de los sanskaras, no brinda un conocimiento claro y verdadero de la naturaleza del alma. Aunque se ha desarrollado completamente, no proporciona la verdad, sino una construcción imaginativa, porque su libre funcionamiento se obstaculiza por el peso de los sanskaras. Además, no se puede extender más allá de la jaula creada por sus deseos, y por ende su alcance es limitado.  

Individualización de la consciencia

El límite en el que la consciencia se puede mover está prescrito por los sanskaras, por las impresiones y el funcionamiento de la consciencia también se determina por los deseos. Como los deseos apuntan hacia la autosatisfacción, la consciencia se individualiza y se vuelve egocéntrica. En cierto sentido se puede decir que la individualización de la consciencia es el efecto del vórtice de los deseos. El alma se enreda en los deseos y no puede salir de la individualidad circunscrita por estos deseos. Se imagina estas barreras y queda auto-hipnotizada, narcotizada. Se ve a sí misma como limitada y separada de otros individuos. Se enreda en la existencia individualista e imagina un mundo de separación múltiple, compuesto de muchos individuos con sus mentes y sus cuerpos respectivos.

La separación sólo existe en la imaginación

Cuando los rayos del sol pasan a través de un prisma, se dispersan y se separan debido a la refracción. Si cada uno de estos rayos tuviese consciencia, se consideraría separado de los otros rayos, olvidando por completo que de origen y al otro lado del prisma no tenía una existencia separada. De igual manera, el Ser Único, desciende al dominio de Maya y asume una multiplicidad que de hecho no existe. La separación de los individuos no existe en realidad, sino sólo en la imaginación. La única Alma Universal imagina una separación en ella misma, y de esta división surge la idea de "yo", la idea de "mío" como opuesta a "tú" y a "tuyo". Aunque el alma es en realidad, una unidad indivisa y absoluta, aparece como múltiple y dividida debido al trabajo de su propia imaginación. La imaginación no es una realidad. Incluso en su más alto vuelo, es una divergencia de la verdad. Es cualquier cosa, menos la verdad. La experiencia que el alma acumula en términos del ego individualizado es pura imaginación. Es un malentendido del alma. De la imaginación del Alma Universal nacen múltiples individuos. Esto es Maya, esto es ignorancia.  

El Universo objetivo

Junto al nacimiento de la individualidad separada y limitada, nace también el universo objetivo. Así como la individualidad limitada sólo tiene existencia separada en la imaginación, y no de hecho, el universo objetivo tampoco tiene realidad independiente y separada. Se trata del Ser Universal Único que representa el segundo rol dentro de su manifestación mediante los atributos. Cuando el alma desciende al dominio de Maya, asume las limitaciones de la existencia múltiple. Esta autolimitación del alma se podría considerar como su auto-sacrificio ante el altar de la consciencia. Aunque sigue siendo eternamente el mismo Absoluto Infinito, sufre una especie de contracción atemporal mediante su aparente descenso al mundo del tiempo, la variedad y la evolución. Sin embargo, lo que realmente evoluciona no es el alma en sí, sino sólo la consciencia, que, por sus limitaciones, da origen a la individualidad limitada. 

Triple enredo y dualidad 

La historia de la individualidad limitada es una historia del desarrollo de un triple enredo entre la mente, la energía y la materia, el cuerpo. La dualidad prevalece en todos estos dominios y el alma se enreda en ellos, aunque en esencia está más allá de la dualidad. La dualidad implica la existencia de opuestos que se limitan y equilibran entre sí, a través de tensión mutua. Bien y mal, virtud y vicio, son ejemplos de tales opuestos. El alma ignorante, enredada en la dualidad, está en las garras tanto del bien como del mal. La dualidad del bien y del mal surge debido a la ignorancia, pero una vez enredada en ésta, el alma queda bajo su influencia. Durante la evolución del triple enredo con materia (el cuerpo), energía y mente, el alma ignorante se encuentra continuamente en las garras del deseo. Desea lo bueno y lo malo del mundo denso; desea lo bueno y lo malo del mundo sutil; y desea lo bueno y lo malo del mundo mental; y debido a la distinción entre el bien y el mal, el deseo mismo se vuelve bueno o se vuelve malo. Así, el deseo inevitablemente queda limitado por la tensión perpetua entre los opuestos. Esto origina una oscilación interminable de un estado a otro, sin llegar al estado ilimitado que sólo puede descubrirse en el aspecto inmutable y eterno de la vida. El Infinito se ha de buscar más allá del dominio de la dualidad. Esto se hace posible sólo cuando la consciencia puede emerger de la individualidad limitada, al romper las barreras de los sanskaras

Abismo entre consciencia e inconsciencia

Hemos visto que el posible campo de la consciencia está limitado por los sanskaras, por las impresiones. Esta limitación crea una división de la mente humana en dos partes. Una parte cae dentro del rango de la consciencia, y la otra parte cae más allá de este rango de la conciencia. Esta parte inconsciente, en toda su extensión, es idéntica al poder que yace detrás de la materia. Las religiones ortodoxas le denominan Dios. La Última Realidad, que se representa simbólicamente mediante tales conceptos, sólo se puede conocer plenamente al llevar el inconsciente a la consciencia. Una extensión de la consciencia consiste en ser consciente de lo que antes fuera parte del inconsciente. La conquista progresiva del inconsciente por el consciente, culmina en consciencia consumada, que es ilimitada en alcance e irrestricta en función. Entre este estado altísimo de consciencia y la consciencia limitada –aunque ya sea plena– de la humanidad promedio, hay cerca de cuarenta y nueve grados de consciencia iluminada. Éstos marcan las etapas importantes de la iluminación en crecimiento.

Avance espiritual

El abismo entre la conciencia nublada de la humanidad promedio y la consciencia plenamente iluminada de un Maestro Perfecto, se crea por sanskaras, que dan lugar al egoísmo. Éstos se pueden eliminar a través de un carácter perfecto, a través de la  devoción y el servicio desinteresado, pero los mejores resultados en esta dirección se logran mediante la ayuda de un Maestro Perfecto. El progreso espiritual no consiste en el desarrollo adicional de la conciencia (pues la conciencia ya está plenamente desarrollada en el hombre), sino en la liberacion de la consciencia de la esclavitud de los sanskaras. Aunque, en esencia, la consciencia es la misma en todos los diferentes estados de existencia, nunca se podrá consumar, a menos que pueda reflejar el conocimiento del Infinito sin la menor sombra de ignorancia, y también cubrir la extensión total de la creación, iluminando las diferentes esferas de existencia.

Sueño profundo

Cada vez que duermes, te unes inconscientemente con la Realidad Infinita. Esta unificación implica la extensión de la inconsciencia sobre la consciencia. Así se cruza el abismo entre el inconsciente y el consciente. Pero siendo inconscientes de esta unión, no derivan beneficio alguno de ella conscientemente. Por esta razón, cuando despiertan otra vez del sueño profundo, se percatan del mismísimo individuo rutinario de siempre, y empiezan a actuar y experimentar exactamente lo que actuaban y experimentaban antes de irse a dormir. Si su unión con la Realidad Suprema hubiese sido una unión consciente, se hubieran despertado a una vida completamente nueva e infinitamente rica.

Unión consciente con la Realidad

Un Maestro Perfecto se encuentra conscientemente unido con la Realidad Infinita. En su caso, el abismo entre consciencia e inconsciencia se cruza, no por la extensión del inconsciente sobre el consciente, como en el hombre que disfruta del sueño profundo, sino por la extensión de la consciencia sobre la inconsciencia. El crecer o menguar de la consciencia sólo aplica al individuo limitado. En el caso del Maestro Perfecto, la conquista del inconsciente por el consciente es definitiva y permanente, y por ende, su estado de Auto-Conocimiento es continuo e ininterrumpido y permanece igual en todo momento sin disminución alguna. De esto se puede ver que el Maestro Perfecto nunca duerme en el sentido ordinario de la palabra. Cuando descansa su cuerpo, no experimenta ninguna interrupción en su consciencia.

El estado de perfección

En el estado de la perfección, la consciencia plena se consuma al desaparecer todo obstáculo hacia la iluminación. La conquista del inconsciente por el consciente es completa, y la persona mora continuamente en el pleno resplandor de la iluminación o fundida con la iluminación. Se convierte en la iluminación misma. Mientras la persona permanece bajo la influencia de la dualidad y considera que la experiencia múltiple es verdadera y definitiva, no ha cruzado el dominio de la ignorancia. En el estado del entendimiento final, la persona comprende que el Infinito, que es el Uno sin dos, es la única realidad. El Infinito impregna e incluye toda existencia, sin dejar nada como su rival. La persona que tiene tal realización ha alcanzado el estado más elevado de consciencia. En este estado, la consciencia plena, que es el fruto de la evolución, se retiene, pero las limitaciones de los sanskaras y deseos se trascienden por completo. La individualidad limitada, que es creación de la ignorancia, se transforma en individualidad divina, que es ilimitada. La consciencia ilimitada del Alma Universal se individualiza en este enfoque, sin dar lugar a forma alguna de ilusión. La persona se libera de todo deseo egocéntrico y se convierte en el instrumento del flujo espontáneo de la voluntad suprema y universal, que expresa la divinidad. La individualidad se vuelve ilimitada al desaparecer la ignorancia. Como no le afecta el estado separativo de Maya ni se enreda en su dualidad, disfruta el estado de liberación en el que hay consciencia libre de objetivo, existencia pura, diáfana y luminosa alegría. Tal persona ya no tiene las ilusiones que desconciertan y confunden al hombre. En cierto sentido, está muerta. El ego personal, que es la fuente del sentimiento de separación, ha sido aniquilado para siempre. Pero en otro sentido, vive eternamente, con amor inconquistable y felicidad eterna. Tiene poder y sabiduría infinitos, y el universo entero se convierte para él en un campo para su trabajo espiritual de perfeccionar a la humanidad.

El Egoísmo