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Acción e Inacción

Acción e Inacción

Acción e Inacción

La acción puede incrementar la ignorancia acumulada

Toda acción, excepto la diseñada inteligentemente para lograr la realización de Dios, crea una atadura para la consciencia. No sólo es una expresión de ignorancia acumulada, sino un agregado más a esa ignorancia que ha sido acumulada.

Las ceremonias son un desvío en el Sendero

Las formas, las ceremonias religiosas, así como los rituales y los mandatos de los diferentes credos y las diferentes instituciones espirituales, tienden a fomentar el espíritu de amor y adoración. Como tales, sirven limitadamente para desgastar la cáscara del ego en la que se encuentra atrapada la consciencia humana. Si se realizan mecánicamente, si son realizados sin inteligencia, el espíritu interior del amor, el espíritu interior de la adoración se marchita, se seca. Entonces, en vez de desgastar la cáscara del ego, la endurecen. Los rituales y las ceremonias no pueden llevar a un hombre muy lejos en el Sendero, y si se realizan sin inteligencia, crean el mismo apego que cualquier otra acción no inteligente. Desprovistos de toda vida, desprovistos de  significado interno, se pueden considerar aún más peligrosos que otras formas de acción no inteligente, porque el hombre los persigue creyendo que son útiles para la realización de Dios, cuando en realidad están lejos de serlo. Debido a este elemento basado en el auto-engaño, las formas y las ceremonias carentes de vida se convierten en un desvío en el Sendero. A menudo, a fuerza de hábitos, a fuerza de mecanicidad, el hombre se apega tanto a estas formas externas que no puede liberarse de su valor imaginario, sino mediante un gran sufrimiento, un sufrimiento intenso.

La vida busca liberarse del enredo creado por sí misma

En muchos sentidos, la inacción es preferible a la acción no inteligente, ya que al menos tiene el mérito de no crear sanskaras y de no crear complicaciones adicionales. Aún la acción buena, la acción honorable crea sanskaras y significa una suma más a las complicaciones creadas por acciones y por experiencias pasadas. Toda vida es un esfuerzo para lograr la liberación de un enredo auto-creado. Es una lucha desesperada para deshacer lo que se ha hecho por ignorancia, para desechar la carga acumulada del pasado, para ser rescatado del escombro que queda tras una serie de logros y de fracasos temporales. La vida intenta desenrollar los sanskaras que  limitan del pasado y liberarse de los laberintos que ha generado ella misma, para que sus nuevas creaciones puedan surgir directamente del corazón de la eternidad y así llevar el sello de la libertad, una libertad  irrestricta y la riqueza intrínseca del ser que no conoce limitación alguna.

La inacción a menudo es una etapa necesaria

La acción que ayuda a realizar a Dios es una acción verdaderamente inteligente y espiritualmente  fecunda, ya que lleva en si misma la liberación de la esclavitud. Sólo es superada por la acción que surge de manera espontánea, del estado mismo de la realización de Dios. Cualquier otra forma de acción por buena o por mala que sea,  por efectiva o inefectiva que sea, desde el punto de vista cotidiano, desde el punto de vista mundano contribuye a la esclavitud y es inferior a la inacción. La inacción es menos útil que la acción inteligente, pero es mejor que la acción no inteligente, ya que equivale a no hacer algo que hubiera creado un lazo, un apego. La transición de la acción no inteligente a la acción inteligente, o sea, del karma que esclaviza al karma que libera, frecuentemente se da mediante la inacción. Esto es característico de la etapa en la que la acción no inteligente ha finalizado por una duda crítica, pero la acción inteligente aún no ha comenzado porque no ha surgido el ímpetu correcto, el ímpetu  adecuado. Este tipo de inacción especial, que desempeña un papel al ir progresando en el Sendero, de ninguna manera se debe confundir con la falta de acción ordinaria que nace de la inercia o que nace del miedo a la vida.