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El Círculo

El Círculo

El Círculo

El ingreso en el círculo del Maestro Perfecto

Después de varias vidas de búsqueda, purificación, servicio y abnegación, algunas personas tienen la buena fortuna de conocer y conectarse con un Maestro que realizó a Dios. Tras varias vidas en estrecha relación con quien ahora se convirtió en Maestro Perfecto, por su amor y servicio a este Maestro ingresan en su círculo. Quienes ingresaron en el círculo de un Maestro son almas que, mediante su esfuerzo, adquirieron el derecho de ser elegidas para la realización de Dios, y la logran por la gracia del Maestro cuando llega el momento exacto para ello.

La función de las impresiones de la dualidad

Los sanskaras de la dualidad impulsan todas las acciones en el mundo de la dualidad. Tener consciencia de la dualidad implica que las impresiones mentales, los sanskaras de la dualidad están operando. Las impresiones de la dualidad sirven primeramente al propósito de la consciencia que evoluciona y está limitada, y luego, sirven al propósito de liberarla para facilitar el conocimiento del Ser, o la realización de Dios. El alma es incapaz de alcanzar la consciencia de su propia unicidad a menos que pase por las experiencias de la dualidad, las cuales presuponen y demandan impresiones correspondientes a la dualidad.

Sanskaras prarabdha

Desde el comienzo mismo y hasta el final, el alma está sujeta al impulso de las impresiones, las cuales constituyen el destino del alma. Estas impresiones se llaman sanskaras prarabdha. Estos sanskaras prarabdha se relacionan siempre con los opuestos de la experiencia, por ejemplo, los sanskaras de la codicia y sus opuestos, los sanskaras de la lujuria y sus opuestos, los sanskaras de la ira y sus opuestos, los sanskaras de los malos pensamientos, palabras y acciones y sus opuestos.

La desaparición de los sanskaras

Desde la etapa del átomo hasta la realización de Dios, las impresiones de la dualidad sujetan al alma y deciden todo lo que le sucede a ésta. Todos los sanskaras del alma desaparecen cuando ella, el alma, realiza a Dios. Si permanece inmersa en la experiencia de la Divinidad sin regresar a la consciencia normal del mundo de la dualidad, ella, el alma, está eternamente más allá de todo tipo de sanskaras. No tiene ni puede tener sanskara alguno.

Los sanskaras yogayoga de la mente universal

Si el alma que realizó a Dios regresa a la consciencia normal del mundo de la dualidad, asume la mente universal. Esta mente universal tiene sanskaras superfluos que no atan y se conocen como sanskaras yogayoga. En el estado del Más Allá el Maestro Perfecto está eternamente libre de todo sanskara. Aunque sea consciente de la creación y esté trabajando en la creación, no está atado por estos sanskaras yogayoga que residen libremente en su mente universal. Los sanskaras yogayoga le sirven como canales para su labor universal, sin formar una cadena que restrinja su consciencia.

La función de los sanskaras yogayoga

Los sanskaras yogayoga operan automáticamente. Todos los contactos y vínculos específicos a los que el Hombre-Dios responde en su labor se basan, en última instancia, en estos sanskaras yogayoga. No crean un velo en la mente universal, tampoco constituyen una nube de ignorancia. Sólo sirven como una estructura necesaria para activar la acción definida. La voluntad universal de Dios se particulariza en sus expresiones por medio de estos sanskaras yogayoga. Cualquier acción llevada a cabo en el mundo del espacio y del tiempo debe estar en relación con una determinada situación definida o conjunto de circunstancias. Siempre debe haber alguna razón de por qué, en cierta situación, se da una respuesta determinada y no otra, y por qué se actúa de una manera y no de otra. A la causa de la autolimitación de los actos de un alma sometida a servidumbre espiritual hay que buscarla en los sanskaras prarabdha que la están atando. La base de la autolimitación de las acciones de un alma que es espiritualmente libre se halla en sus sanskaras yogayoga, que no la atan.

La labor de un Maestro está sujeta a las leyes de la creación

El Hombre-Dios, cuando desciende a la consciencia normal, no podría realizar obras de un carácter definido si no tuviera estos sanskaras yogayoga. Los sanskaras yogayoga lo ayudan a particularizar y materializar la voluntad de Dios por medio de Él, y a cumplir su misión. El Maestro es –y se conoce como– infinito en cuanto a existencia, infinito en cuanto a consciencia, infinito en cuanto a conocimiento, felicidad, amor y poder, y sigue siendo siempre infinito en el estado del Más Allá. Pero la labor que realiza en el mundo creado está sujeta por las leyes de la creación y, por lo tanto, en algún sentido es finita. Puesto que su labor se relaciona con quitar el velo que oculta a la Infinitud y la Divinidad en cada uno y puesto que la realización de esta Infinitud y Divinidad es el único propósito de toda la creación, su trabajo es infinitamente importante. Sin embargo, cuando el criterio con el que se la mide es el de los resultados, como cualquier obra posible en el mundo solamente puede consistir en eso, y en nada más.

Los sanskaras yogayoga determinan la labor del Maestro

Los resultados que la gente de mentalidad mundana alcanza serán triviales, superfluos si se miden con la labor del Hombre-Dios, atendiendo a la magnitud de sus resultados. Las almas más elevadas, que aún están en la esclavitud espiritual, no pueden aproximarse a las realizaciones del Hombre-Dios. Detrás de la labor del Maestro se encuentra el poder infinito de Dios, mientras que la persona mundana, ordinarias, cotidianas están trabajando con el limitado poder de que dispone mediante su mente egocéntrica, su mente limitada. A veces un Hombre-Dios puede terminar su encarnación después de realizar una tarea limitada. Esto no se debe a que su poder sea limitado sino a que el trabajo, que es determinado por sus sanskaras yogayoga, consiste en eso, y en nada más. De ninguna manera se apega al trabajo como tal. Después de terminar el trabajo que sus sanskaras yogayoga le asignan, está dispuesto a reabsorberse en el aspecto impersonal del Infinito. No se demora en el mundo de lo irreal y dual un minuto más del que sus sanskaras yogayoga necesitan.

El Avatar y su Círculo

Como ocurre con los Maestros Perfectos, el Avatar también tiene su círculo (un círculo que posee diez círculos concéntricos). Cuando el Avatar encarna tiene ante sí una clara misión que marcha de acuerdo con un plan, el cual se ajusta adecuadamente al curso del tiempo. El proceso de encarnación del Avatar es único. Antes de tomar un cuerpo físico y descender en el mundo de la dualidad, el Avatar se asigna a sí mismo y les asigna a los miembros de sus círculos tipos especiales de sanskaras, los cuales se conocen como sanskaras vidnyani. Los círculos del Avatar consisten siempre en un total de ciento veintidós miembros, y todos ellos tienen que encarnar cuando el Avatar encarna. Ponerse los sanskaras vidnyani antes de encarnar en el cuerpo físico es como si arrojara un velo sobre Sí Mismo y sobre sus círculos. Después de encarnar, el Avatar permanece bajo este velo de los sanskaras vidnyani hasta la época que Él mismo fijó. Cuando llega la hora señalada, experimenta su propia Divinidad original y empieza a trabajar por medio de los sanskaras vidnyani que, de alguna manera, se transmutaron en sanskaras yogayoga de la mente universal.

La naturaleza de los sanskaras vidnyani

Los sanskaras vidnyani se parecen, para toda finalidad y propósito, a los sanskaras corrientes de la dualidad, aunque esencialmente difieren en cuanto a su naturaleza. Los sanskaras vidnyani impulsan actividades y promueven experiencias parecidas a las actividades y experiencias causadas por los sanskaras corrientes. Sin embargo, mientras las actividades y experiencias causadas por los sanskaras corrientes tienden generalmente a fortalecer el predominio de la dualidad ilusoria, falsa, las actividades y experiencias causadas por los sanskaras vidnyani operan sistemáticamente para debilitar el predominio de la dualidad. Por lógica, la disolución de los sanskaras vidnyani promueve necesariamente la realización de la unidad de la existencia. Por lo tanto, se los conoce como un umbral de la Unidad.

Tiempo fijo para la Realización

Los miembros de los círculos permanecen bajo el velo de los sanskaras vidnyani hasta que llegan a realizar a Dios en el tiempo fijado por el Avatar. Después de alcanzar la realización por medio del Avatar, los sanskaras vidnyani que trajeron consigo no constituyen un velo, pero en algunos se convierten en sanskaras yogayoga y sirven como un instrumento para cumplir el plan divino sobre la Tierra.

Las diferencias entre los sanskaras vidnyani y los sanskaras yogayoga

Existen importantes diferencias entre los sanskaras vidnyani y los sanskaras yogayoga. Aunque en última instancia los sanskaras vidnyani operan con el fin de realizar la Unidad, hacen que la persona se sienta limitada hasta la Realización. Los sanskaras yogayoga llegan después de la Realización, sin interferir para nada en la experiencia de la Infinitud, la cual se halla por encima de la dualidad, aunque sirvan como instrumentos para permitir y determinar respuestas y actividades en el mundo dual. El desgaste de los sanskaras vidnyani contribuye al proceso de la realización de uno mismo, mientras que el desgaste de los sanskaras yogayoga contribuye hacia el proceso de la realización en los otros que aún están en la esclavitud.

El estado del Más Allá

El tiempo, el espacio y todo el mundo fenoménico no existen en el estado del Más Allá. El espacio, el tiempo, y la operación de la ley de causa y efecto existen solamente en el mundo de los fenómenos, en el mundo de la dualidad. La labor del Maestro queda sujeta a las leyes del tiempo, a las leyes del espacio y de la causalidad cuando las realiza en el plano de la dualidad para elevar a la humanidad. A veces parece estar limitado desde el punto de vista de la labor externa, aunque en realidad esté experimentando en todo momento la unidad e infinitud del estado del Más Allá. Aunque él mismo esté más allá del tiempo, el tiempo importa cuando él trabaja para quienes están en la dualidad.

La labor específica para el Círculo

La labor universal, el trabajo universal  que el Maestro realiza por la humanidad prosigue generalmente sin interrupción hasta los planos superiores. Cuando trabaja para los miembros de su círculo, sus acciones se atienen a un tiempo que él mismo fija con sumo cuidado, pues su intervención tiene que ser precisa y definida para agotar mecánicamente los sanskaras de sus integrantes. El Maestro trabaja para el círculo en tiempos pautados. Por lo tanto, quienes, al cumplir las instrucciones que reciben del Maestro y se atienen al plazo asignado, se benefician con el trabajo especial del Maestro. Desde el punto de vista de las tareas especiales que el Maestro se fija, el tiempo se convierte en un factor extremadamente importante. La labor especial que el Maestro emprende en relación con los miembros de su círculo no sólo atañe y afecta a estos miembros propiamente dichos, sino también a quienes están estrechamente conectados con los miembros de su círculo.

Al Avatar y a los Maestros no los limita el círculo

Tanto el círculo del Avatar como el círculo de los Maestros Perfectos constituye el rasgo particular más importante en relación con el cual y mediante el cual, el Avatar y los Maestros cumplen su deber espiritual con la humanidad. Esta particularidad ha cobrado vida como resultado de los estrechos vínculos y conexiones durante varias vidas pasadas. El Avatar y todos los Maestros Perfectos poseen siempre este círculo de discípulos íntimos, pero el círculo de ninguna manera crea una limitación en la consciencia del Avatar y en la conciencia  de los Maestros. Ellos en su estado Divino, se hallan tanto en el centro del universo como en el centro de Todas las cosas, y no hay círculo que circunscriba su Ser. No hay preferencias en la infinitud de la no-dualidad; el círculo existe solamente en relación con el deber y el trabajo que el Avatar y los Maestros Perfectos han emprendido en el mundo de los fenómenos. Sin embargo, desde el punto de vista de esta labor espiritual en el mundo fenoménico, el círculo es tan real como el Himalaya.