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Tipos de Meditación. Parte VIII El Ascenso al Sahaj Samadhi y Su Naturaleza

Tipos de Meditación. Parte VIII El Ascenso al Sahaj Samadhi y Su Naturaleza

Tipos de Meditación

Parte VIII
El Ascenso al Sahaj Samadhi y Su Naturaleza

La culminación de la meditación

Cuando la mente está en la más fina sintonía con el objeto de la meditación, se funde, se funde totalmente en la Verdad, experimenta el estado de Sahaj Samadhi,un estado de dicha, de felicidad espontánea que lleva al conocimiento ininterrumpido del Ser, en el cual el sadak, aspirante a la Verdad pierde su individualidad limitada para descubrir que es idéntico a Dios, ese Dios que está en todo. El estado de Sahaj Samadhi es la culminación de todas las anteriores formas de meditación personal e impersonal, no es el producto de ellas. Todas las formas de meditación que el aspirante adopta, al igual que sus otros esfuerzos espirituales, a pesar de sus diferencias, tienen un solo objetivo, acelerar la concreción del anhelo de unirse con el Infinito, con el Todo.

El Sahaj Samadhi experimentado después de la Unión

Cuando se concreta esta unión, el sadak (aspirante) se convierte en Siddha (quien alcanzó la Meta). Los sufis denominan Vasl a la unión que el Siddha logra con el Infinito. Jesucristo describe con estas palabras este estado de unión con Dios: “Yo y mi Padre somos uno”. Muchos han escrito sobre este elevado estado de consciencia, pero sigue siendo esencialmente indescriptible. No se lo puede expresar con palabras y, por lo tanto, no se lo puede explicar adecuadamente. Aunque una persona no lo pueda explicar a otra, sí puede ser experimentado por cada uno para sí mismo. Este estado elevado del Siddha es denominado Sahaj Samadhi.

El estado corporal

Estar en Sahaj Samadhi es experimentar el estado Divino, en el cual el alma sabe que ella misma es Dios porque se ha despojado de todos los factores que la limitaban, que hasta ahora habían contribuido a un falso conocimiento de la mismidad, un falso conocimiento de sí mismo. El estado Divino que el Siddha experimenta contrasta fuertemente con el estado corporal de las personas  del mundo. El individuo del mundo considera que él es el cuerpo y vive en un estado en el que predominan el cuerpo y predominan sus deseos vinculados a los sentidos. Su consciencia se centra en el cuerpo. Le interesa comer, beber, dormir y satisfacer otros deseos corporales. Vive para su cuerpo y procura satisfacerlo. Su consciencia no puede extenderse más allá del cuerpo; piensa en función del cuerpo, sin poder concebir nada que carezca de cuerpo o carezca de forma. Todo el ámbito de su existencia está compuesto por formas, y el teatro en donde se mueve, en donde vive y donde tiene su existencia, consiste en el  espacio, consiste en la espacialidad.

El estado de energía

El primer paso hacia el estado Divino del Sahaj Samadhi se da cuando se trasciende este estado corporal, el estado del cuerpo. Despojarse del estado corporal significa entrar en la esfera de la existencia compuesta por energía. Entonces el alma permanece en un estado en el que las formas o los cuerpos dejaron de predominar, y así  se eleva al campo de la energía. El cuerpo o la  forma es energía solidificada, y elevarse del mundo de las formas hacia la esfera de la energía equivale a avanzar hacia un estado del ser más primordial y puro. El estado de energía está libre de muchas de las limitaciones que predominan en el mundo de las formas, en la esfera física. En este estado, la consciencia se vincula con la energía y vibra continuamente en y a través de la energía.

En el estado de energía, el absorber y asimilar energía es análogo al comer y beber en el estado corporal. En este nivel, el alma logra controlar plenamente la energía y procura realizarse utilizándola. Sin embargo, sus acciones aún se encuentran dentro del campo de la limitación espiritual. Puede ver, puede oír y puede  oler muchas cosas inaccesibles para el estado en el que está relacionada con el cuerpo físico, incluso  realizar muchas proezas (por ejemplo, producir luz en la oscuridad o vivir miles de años alimentándose solo con energía), y aquellos que se hallan atados a la existencia del estado corporal estas cosas  les parecen milagros. Todo el ámbito de su existencia de una persona que vive en este estado, está compuesto por energía y es dominado por energía. Todo lo que ella puede concebir o hacer es en función de energía y lo logra mediante energía. El estado de energía es el de las almas espiritualmente avanzadas, pero dista de ser el estado de Perfección, que se expresa mediante el  Sahaj Samadhi del hombre que ha llegado a la Meta, del  Siddha.

El estado mental

El segundo paso importante hacia el Sahaj Samadhi lo da el alma cuando trasciende el dominio de la energía y de esta manera entra en el dominio de la mente. En última instancia, toda la energía es una expresión de la mente; por lo tanto, la transición del estado de energía al estado de la mente constituye un avance aún mayor hacia el estado de Dios del Sahaj Samadhi. En el estado de la mente, la consciencia se encuentra enlazada directamente con la mente. El cuerpo o la energía de ninguna manera la atan ni dominan, sino que está bajo el dominio de la mente. Las almas avanzadas, que están en el estado de la mente, pueden leer las mentes de los demás e influir sobre ellas. Sin embargo, el dominio del estado de la mente se halla aún en el campo de la dualidad, en el estado de ilusión, y ha de ser trascendido antes de alcanzar la unión con el Infinito.

La mente vela la Verdad

Desde su comienzo mismo, todo avance consiste en reducir y trascender gradualmente el accionar de la mente individual. La mente está funcionando incluso en los estados donde predomina el cuerpo y donde predomina la energía. En el estado predominantemente material, físico, la mente piensa en términos del cuerpo, en el estado de energía piensa en términos de energía, y en el estado mental piensa en sus propios términos. Sin embargo, aunque la mente piense en sus propios términos, no alcanza a conocer y no alcanza a realizar al Infinito porque se convierte en su propio velo, su propio velo entre entre el pensamiento y la Verdad. Aunque vivir en el estado físico o de energía no estorbe a la mente, la consciencia dual, la consciencia separada aún la limita. Podríamos comparar esto con un espejo cubierto de polvo. Por lo tanto, la mente tiene que fundirse y disolverse completamente en el Infinito antes de que sea posible experimentar el estado Divino del Sahaj Samadhi. Las formas son energía solidificada, la energía es una expresión de la mente, la mente es el espejo cubierto de la Eternidad y la Eternidad es la Verdad que se deshizo de la máscara de la mente.

Trascender a la mente requiere anhelo y paciencia

No es  fácil deshacerse de la mente que limita. La principal dificultad de la mente consiste en que tiene que aniquilarse a sí misma. Un intenso anhelo de unirse con la Realidad infinita, al igual que una infinita paciencia son indispensables en el proceso de trascender a la mente. Un Maestro dijo a su discípulo que, a fin de alcanzar el estado supremo tenía que arrojarse a un río atado de pies y atado de  manos a una tabla, en la que debía conservar secas sus ropas. El discípulo no pudo comprender el sentido interior de esta orden, por lo que anduvo vagando hasta encontrar un santo a quien le preguntó qué significaba la orden dada por el Maestro.

El santo le dijo que, para alcanzar a Dios, tenía que anhelar intensamente unirse con Él, como si no pudiera vivir otro instante sin ello, pero tener inagotable paciencia para poder esperar billones de años. Si falta el intenso anhelo de unirse con Dios, entonces la mente cae en su actividad sanskárica habitual, y si lo que  falta es infinita paciencia, sucede que lo que se sigue sosteniendo la actividad de la mente limitada solo por lo que la mente anhela. Sólo cuando hay equilibrio entre el anhelo infinito y la infinita paciencia, el aspirante puede tener esperanza de atravesar el velo de la mente limitada, y estos extremos combinados sólo podrán aparecer por la gracia de un Maestro.

Sahaj Samadhi, el conocimiento de Sí Mismo

Permanecer en el estado de  Sahaj Samadhi es permanecer en la consciencia de la Verdad. Ninguna persona cuya mente se halla aún en actividad podrá captar este estado de Dios. Está más allá de la mente, pues surge cuando la mente limitada desaparece en la unión final con el Infinito. Entonces el alma se conoce a sí misma por medio de sí misma, y no a través de la mente. El individuo mundano sabe que él no es un perro sino un ser humano. Del mismo modo, en el estado de Sahaj Samadhi lo único que el alma sabe es que ella no es una cosa finita, limitada  sino Dios, Dios mismo. La persona mundana no tiene que seguir repitiendo que ella no es un perro sino un ser humano, sin tener que hacer esfuerzos especiales para ese recuerdo, simplemente sabe que es un humano. Del mismo modo, en el Sahaj Samadhi, el alma no necesita estímulos o inducciones artificiales de la consciencia de Dios dadas mediante repetidas autosugestiones. Simplemente, el alma sabe, sabe por sí sola, en forma natural y en forma intuitiva, que ella es Dios.

La vida en la Eternidad

Quien experimenta el Sahaj Samadhi se establece en el conocimiento del alma misma. Este conocimiento no viene y se va. Es un conocimiento permanente. En el estado de ignorancia, el sadak se considera hombre o se considera mujer, se considera como agente de acciones limitadas o como receptor de alegrías y pesares. En el estado del conocimiento, el alma se conoce como alma, la cual de ninguna manera es limitada ni afectada por ninguna cosa. Una vez que conoce su propia naturaleza, tiene este Conocimiento para siempre y nunca más queda envuelta en la ignorancia. Este estado de la consciencia de Dios es infinito y se caracteriza por una comprensión ilimitada, una gran pureza, amor y felicidad. Alcanzar el Sahaj Samadhi es llegar a la vida interminable en la Eternidad.

Dos estados del Sahaj Samadhi

El Sahaj Samadhi tiene dos estados: 1) el Nirvana, o la absorción en la divinidad, y 2) el Nirvikalpa, o la divinidad expresada. Cuando la consciencia se retira enteramente de todos los cuerpos y del mundo de la creación, conduce hacia el Nirvana, que es el  estado del Más Allá. Pero cuando la consciencia vuelve a funcionar por medio de los cuerpos sin apego sin identificación, entonces esto conduce al Sahaj Samadhi que es el estado de Nirvikalpa, o sea el estado del Sadguru, el Maestro perfecto. En este caso, aunque la consciencia se encuentra ligada a los cuerpos como instrumentos, está absolutamente desapegada internamente de ellos no se identifica con los cuerpos.

Atravesar el velo de la mente equivale a la consciencia retirándose enteramente del universo para absorberse totalmente, totalmente  en Dios. Este es el estado en el que el universo es igual a cero: esto es Nirvana. La mayoría de quienes alcanzan el Nirvana nunca retornan a la consciencia del universo. Los muy pocos que descienden a la conciencia del universo lo experimentan como nada excepto Dios y permanecen constantemente en el Sahaj Samadhi del estado de Nirvikalpa. El estado de Nirvikalpa significa una vida en la que la actividad mental de la falsa imaginación ha tocado a su fin, y todas las oscilaciones de la mente limitada se aquietan en la realización de la Verdad inmutable.

El estado de los Sadgurus y del Avatar

Al Sahaj Samadhi del estado de Nirvikalpa lo experimentan las almas que descienden del séptimo plano, y pertenecen a los Sadgurus, los Maestros Perfectos y al Avatar. El equilibrio y la armonía de este estado se mantienen inalterados  mientras responde energéticamente ante las cambiantes circunstancias que la vida presenta. Quienes se hallan en este estado viven la vida de Dios y experimentan a Dios en todo y en todas las cosas. Por lo tanto, su estado de Dios, su estado divino de ninguna manera disminuye cuando se ocupan de las cosas de este mundo. Ellos se encuentran continuamente en el estado de dicha consciente de la Verdad inmutable, ya sea tensando un arco o blandiendo una espada en el campo de batalla, volando en un avión o hablando con la gente, o dedicados a otras actividades que exijan una gran atención.

Moksha, Nirvana y Nirvikalpa

El Nirvana y el Nirvikalpa son similares al estado de Mukti o Moksha, representan la fusión del alma individual en Dios y brindan dicha y felicidad eterna, infinito conocimiento y consciencia absoluta, superconsciencia. El alma experimenta Moksha después de abandonar el cuerpo, mientras que los estados de Nirvana y Nirvikalpa pueden experimentarse antes de dejar el cuerpo. Sin embargo, aunque los estados de Nirvana y Nirvikalpa son similares en cuanto a la retención de los cuerpos y aunque también son fundamentalmente iguales en esencia, hay una pequeña diferencia entre los dos.

La diferencia entre el estado de Nirvana y de Nirvikalpa

Cuando el alma sale del caparazón del ego e ingresa en la vida infinita de Dios, su individualidad limitada es reemplazada por la individualidad ilimitada, irrestricta. El alma sabe que ella es consciente de Dios y así conserva su individualidad. Un importante punto es que la individualidad no es totalmente extinguida, permanece en una forma sublime y  espiritualizada. Aunque la ilimitada individualidad del alma es en cierta manera retenida al unirse con el Infinito, no obstante, permanece absorta experimentando la divinidad contenida en sí misma. Nadie retorna al mundo de la consciencia de este estado de Nirvana o de Absorción. Sin embargo, en unos muy pocos casos, el alma que acaba de ingresar en la vida infinita de Dios, establece su individualidad ilimitada por medio de la liberación de la divinidad dinámica. Esto es Sahaj Samadhi del estado de Nirvikalpa.