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Maya. Parte IV Dios y Maya

Maya. Parte IV Dios y Maya

Maya

Parte IV
Dios y Maya

Dios está por encima de la dualidad

Dios es infinito porque está más allá de los limitantes opuestos de la dualidad. Está por encima de los aspectos limitados del bien y del mal, más allá de lo pequeño y lo grande, de lo correcto e incorrecto, de la virtud y el vicio, y de la felicidad y el sufrimiento; por lo tanto, Dios es infinito. Si Dios fuera bueno en vez de malo, o malo en vez de bueno, o si fuera pequeño en vez de grande, o grande en lugar de pequeño, o correcto en vez de incorrecto, o incorrecto en vez de correcto, o si fuera virtuoso en vez de malo, o malo en vez de virtuoso, o si fuera feliz en vez desdichado, o desdichado en lugar de feliz, entonces Él no sería infinito, sería finito. Dios es infinito al estar por encima de la dualidad.

Lo finito no puede ser parte dual de lo infinito

Cuando el infinito es infinito, necesariamente debe trascender la dualidad; no puede ser parte de la dualidad. Lo que es verdaderamente infinito no puede ser parte dual de lo finito. Si al infinito se lo considera a la par con lo finito, deja de ser infinito, se convierte en la segunda parte de la dualidad. Dios, que es infinito, no puede descender al plano de la dualidad. De modo que esta aparente existencia es ilusoria. Esta aparente existencia de la dualidad que surge como Dios infinito y el mundo finito. Solo Dios es real; Él es infinito, Él es único, El uno sin dos. La existencia de lo finito es sólo aparente; es falsa, no es real.

El mundo de las cosas finitas creadas por Maya

¿Cómo cobra existencia el mundo falso de las cosas finitas? ¿Por qué existe? Lo creó Maya, el principio de ignorancia. Maya no es la ilusión; es la creadora de la Ilusión. Maya no es falsa; es la que da las impresiones falsas. Maya no es irreal; es la que hace que lo real parezca irreal, y lo irreal, real. Maya no es la dualidad; es la que causa la dualidad.

Las creaciones de Maya son finitas

Sin embargo, a fin de explicar esto intelectualmente, a Maya se la debe considerar infinita. Ella crea la ilusión del estado de finitud, pero en sí misma no es finita. Todas las ilusiones creadas por Maya son finitas, y también es finito todo el universo de la dualidad, el cual parece existir debido a Maya. Aparentemente el universo contiene innumerables cosas, pero no por eso es infinito. Las estrellas pueden ser incontables, su número es enorme, pero a pesar de ello, todas las estrellas juntas son finitas. El espacio y el tiempo parecerían infinitamente divisibles, pero no obstante, son finitos. Todo lo que es finito y limitado pertenece al mundo de la Ilusión, aunque el principio que causa esta ilusión de cosas finitas debe considerarse, en un sentido, como que no es una ilusión.

El espacio no limita a Maya

A Maya no se la puede considerar finita. Una cosa es finita cuando el espacio la limita. Maya no existe en el espacio, por lo tanto el espacio no puede limitarla. Maya no puede limitarse en el espacio porque el espacio es creación de Maya. El espacio, con todo lo que el espacio contiene, es una ilusión y depende de Maya. Sin embargo, Maya de ningún modo depende del espacio. En consecuencia, Maya no puede ser finita por ninguna limitación del espacio.

El tiempo no limita a Maya

Maya tampoco puede ser finita debido a cualquier limitación temporal. Aunque Maya toca a su fin en el estado de Superconsciencia, aun así no hay que considerarla finita. Maya no puede tener principio ni fin en el tiempo porque el tiempo mismo es una creación de Maya. Cualquier punto de vista según el cual Maya es un suceso que tiene lugar en un momento dado y desaparece después de un tiempo ubica a Maya en el tiempo, no al tiempo en Maya. El tiempo está en Maya; Maya no está en el tiempo. El tiempo, al igual que todo lo que sucede en el tiempo, es creación de Maya. El tiempo cobra existencia debido a Maya, y desaparece cuando Maya desaparece. Dios es la Realidad atemporal, de manera que la realización de Dios y la desaparición de Maya son un acto atemporal. De ningún modo Maya es limitada por el tiempo.

Maya vista como infinita, finalmente es falsa

Por ninguna razón puede considerarse que Maya sea finita, si lo fuera, eso sería una ilusión; y por ser una ilusión, carecería de potencia para crear otras ilusiones. Para el propósito de una explicación intelectual es mejor considerar que Maya es tanto real como infinita, del mismo modo que a Dios habitualmente se lo considera tanto real como infinito.

En última instancia Maya no puede ser verdadera

Entre todas las explicaciones intelectuales posibles, la explicación de que Maya, como Dios, es tanto real como infinita, es muy aceptable para el intelecto del hombre. En última instancia Maya no puede ser verdadera. Siempre que existe la dualidad, en ambos lados existe el estado de finitud. Una cosa limita a la otra. No puede haber dos Infinitos reales. Podrá haber dos entidades enormes, pero no dos entidades infinitas. Si tenemos la dualidad de Dios y Maya, y si a ambos los consideramos existencias coordinadas, entonces a la realidad infinita de Dios se la consideraría la segunda parte de una dualidad. Por lo tanto, la explicación intelectual de que Maya es real no tiene el sello del conocimiento final, aunque la explicación sea muy plausible.

La dificultad intelectual de comprender a Maya

Existen dificultades relacionadas con que Maya es ilusoria y con que, esencialmente, también es real. De manera que todo intento del intelecto limitado por comprender a Maya lleva a un impasse. Por un lado, si a Maya se la mira como finita, entonces ella se vuelve ilusoria y no puede ser la razón del mundo ilusorio de las cosas finitas. Por lo tanto, a Maya se la tiene que considerar tanto real como infinita. Por otra parte, si consideramos que en última instancia Maya es real, entonces ella se convierte en la segunda parte de la dualidad de otra Realidad infinita. Esa otra parte de la realidad infinita, a saber, es Dios. De ahí que, desde este punto de vista, Maya parece ser finita y, por lo tanto, irreal. De modo que en última instancia Maya no puede ser real, aunque se la considera así a fin de explicar el mundo ilusorio de los objetos finitos.

Maya como la sombra de Dios

De cualquier manera, el intelecto limitado trata de comprender qué es Maya, sin que llegue a comprenderlo de verdad. No es posible comprender a Maya mediante el intelecto limitado; Maya es insondable como Dios. Dios es insondable e incomprensible; de modo que Maya es insondable e incomprensible. De manera que se dice que Maya es la sombra de Dios. Donde una persona está, ahí también está su sombra. Dónde está Dios, ahí está la inescrutable Maya.

El enigma de Maya se resuelve después de la Realización

Aunque Dios y Maya son inescrutables para el intelecto limitado que funciona en el campo de la dualidad, ambos pueden ser comprendidos en su verdadera naturaleza en el conocimiento final de la Realización. El enigma de la existencia de Maya sólo puede ser resuelto después de la Realización, cuando se sabe que Maya en realidad no existe.

Dos estados en los que Maya no existe

Hay dos estados en los que Maya no existe: en el estado inconsciente original de la Realidad no hay Maya, y en el Estado de Dios, Consciente del Ser, Supraconsciente, tampoco hay Maya. Existe solo en la consciencia de Dios, propia del mundo de los fenómenos de la dualidad, o sea, cuando la consciencia del mundo físico, del mundo sutil o del mundo mental. Maya existe cuando no hay Consciencia del Ser sino  consciencia del otro imaginado, y cuando la consciencia es dominada sin remedio por las falsas categorías de la dualidad.

Maya existe sólo para la ilusión

Maya existe solo desde el punto de vista de lo finito. Maya existe solo en la ilusión en su carácter de creadora real e infinita de cosas irreales, falsas y finitas. Desde el punto de vista de la última y única Verdad de la Realización nada existe a excepción de Dios infinito y eterno. Allí desaparece la ilusión de las cosas finitas como separadas de Dios, y con ella también desaparece Maya, la creadora de esta ilusión.

El conocimiento de la Realización

El Conocimiento del Ser ocurre al mirar en el interior del alma y trascender a Maya. En este Conocimiento del Ser no sólo se sabe que las diferentes mentes egoicas y cuerpos nunca existieron, sino también que todo el universo y Maya misma nunca existieron como un principio separado. Cualquier realidad que Maya haya tenido ya desapareció en el ser indivisible del Alma única. Ahora el Alma sabe que ella es lo que siempre fue: eternamente autorrealizada, eternamente infinita en conocimiento, felicidad, poder y existencia, y eternamente libre de la dualidad. Sin embargo, esta forma suprema de Conocimiento del Ser es inaccesible para el intelecto, y es incomprensible, salvo para quienes llegaron a la cima de la Realización final.