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La Formación y Función de los Sanskaras

La Formación y Función de los Sanskaras

La Formación y Función de los Sanskaras

Análisis de la experiencia humana 

Hay dos aspectos de la experiencia humana: el aspecto subjetivo y el aspecto objetivo. Por un lado, hay procesos mentales que constituyen los ingredientes esenciales de la experiencia humana, y por el otro, las cosas y los objetos a los que estos procesos mentales se refieren. Los procesos mentales dependen en parte de la situación objetiva que se da inmediatamente, y en parte del funcionamiento de los sanskaras, aquellas impresiones acumuladas por las experiencias previas. Así, la mente humana se encuentra entre un mar de sanskaras pasados por un lado, y todo el extenso mundo objetivo por el otro. 

Los sanskaras se originan en la experiencia y se vuelven la base de futura experiencia 

Desde el punto de vista psicogenético, las acciones humanas se basan en la operación de las impresiones almacenadas en la mente a través de las experiencias previas. Cada pensamiento, cada emoción y cada acción se basa en grupos de impresiones que, cuando se consideran objetivamente, se ven como modificaciones de la composición mental del hombre. Estas impresiones son depósitos de experiencias previas y se convierten en los factores más importantes para determinar el curso de la experiencia presente y futura. En el curso de su experiencia, la mente crea y almacena dichas impresiones constantemente. Cuando se ocupa de los objetos físicos de este mundo, tales como el cuerpo, la naturaleza y otros objetos, otras cosas, la mente se exterioriza, por así decirlo, creando impresiones densas. Cuando se ocupa de sus propios procesos mentales subjetivos, que son expresiones de sanskaras pre-existentes, crea impresiones sutiles y mentales. La pregunta de qué fue primero, los sanskaras o la experiencia, es como la pregunta de la gallina y el huevo. Ambas son condiciones mutuas y se desarrollan a la par. El problema de entender el significado de la experiencia humana, por lo tanto, gira en torno al problema de entender la formación y función de los sanskaras, Nukush-e-Amal en términos sufis.

Sanskaras naturales y sanskaras no naturales

Los sanskaras son de dos tipos: sanskaras naturales y sanskaras no naturales, de acuerdo con la manera en que se originan. Los sanskaras acumulados por el alma durante el período de evolución orgánica son sanskaras naturales. Estos sanskaras surgen mientras el alma toma y abandona diversas formas prehumanas en formas sucesivas. Estas formas sub–humanas, pasando así gradualmente del estado aparentemente inanimado de piedra o metal, al estado humano, donde hay pleno desarrollo de la consciencia, donde la consciencia está completa. Todos los sanskaras que se agrupan en torno al alma antes de alcanzar la forma humana son producto de la evolución natural y se denominan sanskaras naturales. Se deben distinguir cuidadosamente de los sanskaras cultivados por el alma después de alcanzar la forma humana. Los sanskaras que se adhieren al alma durante la etapa humana se cultivan bajo la libertad moral de la consciencia, con su correspondiente responsabilidad de elegir entre el bien y el mal, entre vicio y virtud. Se conocen como sanskaras no-naturales. Aunque estos sanskaras humanos  dependen directamente de los sanskaras naturales, se crean bajo condiciones de vida fundamentalmente diferentes, y son, en su origen, comparativamente más recientes que los sanskaras naturales. Esta diferencia en duración de los períodos formativos y en las condiciones de formación es la causa de la diferencia en el grado de firmeza con el que los sanskaras naturales y no naturales se adhieren al alma. Los sanskaras no-naturales no son tan difíciles de erradicar como los sanskaras naturales, que tienen una herencia ancestral y por ello están más firmemente arraigados. La eliminación, la anulación de los sanskaras naturales es prácticamente imposible, a menos que el principiante, el iniciado reciba la gracia e intervención de un Maestro Perfecto, de un Sadguru.

La vida manifiesta surge por la voluntad-de-ser-consciente en el Absoluto 

Como se explicó anteriormente, los sanskaras no-naturales dependen de los sanskaras naturales y los sanskaras naturales son el resultado de la evolución. La siguiente pregunta importante es: ¿Por qué la vida manifiesta en diferentes etapas de la evolución debe emerger de la Realidad Absoluta, que es infinita? La necesidad de vida manifiesta surge del impulso, del ímpetu en el Absoluto para hacerse consciente de sí mismo, para conocerse a sí mismo. La manifestación progresiva de la vida a través de la evolución, surge en definitiva por la voluntad-de-ser-consciente, que es inherente al Infinito. Para comprender la creación con el intelecto, es necesario presuponer que esta voluntad-de-ser-consciente esté en el Absoluto en un estado involutivo, previo al acto de manifestación.

El lahar en el Absoluto, comparado con una ola en el océano

Aunque para el propósito de una explicación intelectual de la creación, el ímpetu en el Absoluto se debe considerar como la voluntad-de-ser-consciente, describirlo como una especie de deseo inherente sería falsear su verdadera naturaleza. Se describe mejor como un lahar o impulso que es tan inexplicable, tan espontáneo y tan repentino, que denominarlo esto o aquello es deshacer su realidad. Como toda categorización intelectual, necesariamente resulta inadecuada para captar, para entender  el misterio de la vida, de la creación. La vía más cercana para comprender su naturaleza no es a través de la concepción intelectual, sino a través de una analogía. Así como una ola que recorre la superficie de un océano en calma, provoca una frenética agitación de innumerables burbujas, el lahar crea una gran cantidad de almas individuales desde la infinidad indivisible de la Paramatma (la Super-Alma, el Gran Alma). Pero el Absoluto todo-abundante sigue siendo el sustrato de toda alma individual. Las almas individuales son las creaciones de un impulso súbito y espontáneo, y por ello escasamente anticipan la continuidad de la existencia a la que están destinadas durante todo el período cíclico, hasta el cese final de la agitación inicial. Dentro del ser indiferenciado del Absoluto, nace un punto misterioso por el cual surge la variada multiplicidad diversificada de la creación; y las vastas profundidades, que una fracción de segundo antes estaban en quietud glacial, entran en efervescencia con la vida de innumerables seres burbujeantes que aseguran su separatividad en tamaño y forma definidos, al auto-limitarse en la superficie efervescente del océano.

El ser Absoluto no es afectado por el bhas de la manifestación

Todo esto es una simple analogía. Sería un error imaginar que algún cambio real se suscita en el Absoluto, cuando el lahar de la voluntad involutiva de ser consciente se hace efectivo, dando vida al mundo de la manifestación. No puede haber acto alguno de involución o evolución dentro del ser  Absoluto, y nada real puede nacer del Absoluto, ya que cualquier cambio real es necesariamente una negación del Absoluto. El cambio implícito en la creación del mundo manifiesto no es un cambio ontológico o un cambio en el ser de la Realidad Absoluta. Sólo es un cambio aparente. En cierto sentido, el acto de manifestación debe considerarse una especie de expansión del ser ilimitable del Absoluto, ya que, mediante este acto, el Infinito, que existe sin consciencia, busca obtener Su propia consciencia. Como esta expansión de la Realidad se efectúa mediante su auto-limitación en diversas formas de vida, el acto de manifestación que podría llamarse con igual idoneidad el proceso de “contracción atemporal”. Ya sea que el acto de manifestación se considere una especie de expansión de Realidad, o su "contracción atemporal", dicho acto es precedido por un impulso o movimiento inicial que intelectualmente se podría considerar como un deseo involutivo inherente de ser consciente.

La multiplicidad de la creación y la separación de las almas individuales existen sólo en la imaginación. La existencia misma de la creación o del mundo de la manifestación se cimienta en bhas,en la ilusión; de manera que, a pesar de la manifestación de innumerables almas individuales, Paramatma, el Gran-Alma sigue siendo la misma sin sufrir ningún tipo real de expansión o contracción, incremento o decremento. Aunque el Gran-Alma no sufre ninguna modificación debido al bhas, a la ilusión o a la individualización ilusoria, su aparente diferenciación cobra vida en muchas almas individuales.

El bhas más original aparece en la fase de piedra

El bhas o ilusión más original que cautivó a la Gran-Alma, se sincroniza con la primera impresión. Por lo tanto, marca el comienzo de la formación de sanskaras. La formación de sanskaras inicia en el centro más finito que se vuelve el primer foco para la manifestación de la individualidad del alma. En la esfera densa, este primer foco de manifestación se representa por la piedra tridimensional e inerte, que tiene la consciencia más rudimentaria y parcial. Este estado de consciencia vago y subdesarrollado es apenas suficiente para iluminar su propia figura y su propia forma, y totalmente inadecuado para cumplir con el propósito de la creación, que es posibilitar a la Gran-Alma a que se conozca a sí misma. Cualquier escasa capacidad de iluminación que tenga la consciencia en la fase de piedra, se deriva de la Super-Alma y no del cuerpo de la piedra. Pero la consciencia es incapaz de ampliar su alcance independientemente del cuerpo de la piedra, porque esta Gran-Alma primero se identifica con la consciencia y luego mediante la consciencia  con la forma de piedra. Dado que todo desarrollo ulterior de la consciencia es detenido por el cuerpo y el estado inerte, inanimado de la piedra, la evolución de formas o vehículos de manifestación superior se vuelven indispensables. El desarrollo de la consciencia debe proceder conjuntamente con la evolución de la forma, con la evolución del cuerpo por el cual está condicionado. Por ello la voluntad-de-ser-consciente, que es inherente en la vastedad de la Super-alma, busca por determinación divina una evolución progresiva de los vehículos de la expresión.

La evolución progresiva de consciencia y formas

Así, la Gran-Alma forja un nuevo vehículo de expresión en la forma de metal, en donde la consciencia se intensifica un poco más. Aún en esta etapa es muy rudimentaria, por lo que se tiene que transferir a formas aún más elevadas como la vegetación y los árboles, en donde hay un avance apreciable  en el desarrollo de consciencia, a través del mantenimiento de los procesos vitales de crecimiento, reproducción y deterioro. El surgimiento de una forma de consciencia aún más desarrollada, se hace posible cuando la Gran-Alma busca manifestarse a través de la vida instintiva, que se observa en los insectos, en las aves y en los animales, quienes son plenamente conscientes de sus cuerpos y de sus respectivos entornos, y desarrollando un sentido de auto-protección y procuran establecer un dominio sobre su medio ambiente. En los animales superiores, el intelecto o razonamiento también aparece hasta cierto punto, pero su funcionamiento se limita estrictamente por el accionar de sus instintos, como el instinto de autoprotección y el instinto para el cuidado y preservación de las crías. Así es que, aún en los animales, la consciencia no ha tenido un pleno desarrollo, un desarrollo completo,  por lo que no puede servir al propósito inicial de la Gran-Alma de obtener la  iluminación, de obtener la Auto-iluminación. 

Consciencia humana

El Gran-Alma finalmente adopta la forma humana, es allí donde la consciencia alcanza su pleno desarrollo, con percepción completa del ser y del entorno. En esta etapa, la capacidad de razonamiento tiene el rango más amplio de actividad y es ilimitada en su alcance. Pero como la Super-Alma se identifica mediante su consciencia con el cuerpo denso, la consciencia no sirve al propósito de iluminar la naturaleza de la Gran-Alma. Sin embargo, como la consciencia ya ha tenido su desarrollo más pleno en la forma humana, existe en ella la potencia latente para la Autorrealización; y la voluntad-de-ser-consciente con la que comenzó la evolución, fructifica en el Hombre-Dios o Sadguru, quien es la flor más bella de la humanidad.

El enrollamiento de los sanskaras

La Super-Alma no puede obtener Autoconocimiento por medio de la consciencia ordinaria de la humanidad, porque está envuelta en una multitud de sanskaras o impresiones. Conforme la consciencia pasa por el estado aparentemente inanimado de la piedra o el metal, luego por la vida vegetativa de los árboles, luego avanza al estado instintivo de los insectos, aves y animales, y finalmente hacia la consciencia plena, completa del estado del ser  humano, continuamente crea nuevos sanskaras y queda envuelta en ellos. Estos sanskaras naturales se incrementan incluso después de alcanzar el estado humano, por la creación adicional de sanskaras no-naturales mediante diversas experiencias y múltiples actividades. Por lo tanto, la adquisición de sanskaras acontece incesantemente tanto durante el proceso de evolución, como durante el período posterior de actividades netamente humanas. Esta adquisición de sanskaras se puede comparar con enrollar un trozo de hilo alrededor de un palo. El hilo representa los sanskaras, y el palo representa la mente del alma individual. El ovillado, el enrrolamiento del hilo se inicia desde el principio de la creación y persiste a través de todas las etapas evolutivas y la forma humana, y el hilo enrollado representa todos los sanskaras positivos, tanto los naturales como los no-naturales.

Ejemplos de la potencia de las impresiones 

Los sanskaras nuevos que se crean constantemente en la vida humana se deben a los múltiples objetos e ideas con que la consciencia va confrontando. Estos sanskaras ocasionan transformaciones importantes en los diferentes estados de consciencia. Las impresiones creadas por objetos bellos, hermosos tienen la potencia de despertar en la consciencia la capacidad innata para apreciar y disfrutar justamente la belleza. Cuando uno escucha una buena pieza musical o ve un hermoso paisaje, las impresiones obtenidas de estos objetos dan una sensación de exaltación. De la misma forma, cuando uno entra en contacto con la personalidad de un pensador, puede llegar a interesarse ​​en nuevas formas de pensamiento e inspirarse con un entusiasmo totalmente ajeno a su consciencia anterior. No sólo las impresiones de objetos o personas, sino también las impresiones de ideas y supersticiones, tienen una gran eficacia para determinar las condiciones de la consciencia.

Las impresiones de las supersticiones

El poder de las impresiones de las supersticiones se puede ilustrar con una historia de fantasmas. De los diferentes campos del pensamiento humano, quizás ninguno abunda tanto en supersticiones como el de los fantasmas, quienes, según creencias populares, supuestamente hostigan y torturan a sus víctimas de curiosas maneras. Una vez, durante el Imperio Mongol en la India, un hombre con alto nivel de educación, que era muy escéptico de las historias sobre fantasmas, decidió verificarlas por experiencia propia. Le habían advertido que no visitara cierto cementerio en la noche del amavasya, que es la noche más oscura del mes, pues se reportaba que era la morada de un espantoso fantasma, que infaliblemente aparecía cuando se martillaba un clavo de hierro en el suelo dentro de los límites del cementerio. Con un martillo en una mano y un clavo en la otra, entró directo al cementerio en la noche del amavasya y eligió un lugar libre de pasto para introducir el clavo. Tanto el suelo como su capa, que colgaba libremente, estaban igual de oscuros. Al sentarse y martillar el clavo, un extremo de su capa quedó atrapado entre el clavo y el suelo. Terminó de martillar y sintió que había tenido éxito en el experimento sin encontrarse al fantasma. Pero al tratar de levantarse para retirarse del lugar, sintió un fuerte tirón hacia el piso y se aterrorizó.

Debido a la operación de impresiones anteriores, no pudo pensar en nada, excepto en que el fantasma por fin lo había atrapado. El shock de pensar eso fue tan fuerte que el pobre hombre murió de un infarto. Esta historia ilustra el tremendo poder que puede residir en las impresiones creadas por la superstición.

Liberarse de los sanskaras es condición para una experiencia de armonía

Difícilmente se puede sobreestimar el poder y efecto de las impresiones. Una impresión es un sólido poder condensado, y su cualidad inerte la hace inmóvil y la hace duradera. Puede quedar tan grabada en la mente del hombre, que a pesar de su sincero deseo y de esfuerzo para erradicarla, ésta se toma su tiempo y busca la forma de traducirse en acción, directa o indirectamente. La mente contiene múltiples sanskaras heterogéneos y, al buscar expresión en la consciencia, a menudo chocan entre sí. El choque de sanskaras se experimenta en la consciencia como un conflicto, como un conflicto mental. Es inevitable que la experiencia sea caótica y enigmática, llena de oscilaciones, llena de confusión y llena de enredos complejos, hasta que la consciencia se libera de todos los sanskaras, buenos y malos. La experiencia puede volverse verdaderamente armónica e integral sólo cuando la consciencia se libera de las impresiones.

Tres tipos de sanskaras originan tres estados diferentes de consciencia

Los sanskaras se pueden clasificar de acuerdo con diferencias esenciales en la naturaleza de las esferas a las que se refieren. Estas diferentes esferas de existencia pueden ser de tres tipos distintos: (1)Sanskaras densos que permiten al alma experimentar el mundo denso a través del medio denso, y la obligan a identificarse con el cuerpo físico. (2) Sanskaras sutiles que permiten al alma experimentar el mundo sutil a través del medio sutil, y la obligan a identificarse con el cuerpo sutil. (3) Sanskaras mentales que permiten al alma experimentar el mundo mental a través del medio mental, y la obligan a identificarse con el cuerpo mental. Las diferencias entre los estados de las almas individuales se deben enteramente a las diferencias existentes en los tipos de sanskaras con los que está cargada su consciencia. Así, las almas conscientes de lo denso sólo experimentan el mundo denso; las almas conscientes de lo sutil sólo experimentan el mundo sutil; y las almas conscientes de lo mental sólo experimentan el mundo mental. La diversidad cualitativa en la experiencia de estos tres tipos de almas, se debe a la diferencia en la naturaleza de sus sanskaras.

Las almas conscientes de la unicidad están libres de sanskaras 

Las almas conscientes de sí misma difieren radicalmente de todas las otras almas, porque experimentan a la Super-alma, a la Gran-alma a través del Ser, mientras que las otras almas sólo experimentan sus cuerpos y los mundos correspondientes. Esta diferencia radical entre la consciencia de almas conscientes de sí mismas  y las otras almas, se debe al hecho de que, mientras que la consciencia de la mayoría de las almas se condiciona por algún tipo de sanskaras, la consciencia de las almas Auto-conscientes, conscientes de si misma, está completamente libre de todo sanskara. Sólo cuando la consciencia se despeja y deja de tener condicionamiento  de todo sanskara, la voluntad inicial del ser consciente llega a su fructificación final, a su fructificación real, y la infinidad y la unidad indivisible del Absoluto se realiza conscientemente. Por lo tanto, el problema para despejar los condicionamientos de  la mente mediante la eliminación de sanskaras es extremadamente importante.