El amor es un regalo de Dios al hombre.
La obediencia es un regalo del Maestro al hombre.
La entrega es un regalo del hombre al Maestro.
El que ama desea la voluntad del Amado.
El que obedece hace la voluntad del Amado.
El que se entrega no conoce nada, sino la voluntad del Amado.
El amor busca la unión con el Amado.
La obediencia busca el placer del Amado.
La entrega no busca nada.
Quien ama es el amante del Amado.
Quien obedece es el amado del Amado.
Quien se entrega no tiene otra existencia que el Amado.
Mayor que el amor es la obediencia.
Mayor que la obediencia es la entrega.
Los tres surgen del océano del amor divino y permanecen en él.