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Krishna - El nacimiento de Krishna

Krishna - El nacimiento de Krishna

Krishna

Parte 1

Meher Baba decía frecuentemente que él había sido Krishna. Por ejemplo, al resolver una disputa entre los integrantes de una familia, Baba les dijo: “Yo les resolví sus disputas en la época del Señor Krishna, y lo hago nuevamente en esta época”. Cada uno de ustedes tiene una antigua conexión conmigo.”1

Aunque cada Avatar irradia amor divino, a Krishna se le otorga una aureola especial de alegría y dulzura. “La era de Krishna se caracterizaba por su aridez. En ese entonces predominaban estos elementos: contiendas internas, celos y envidias. Entonces Krishna tuvo que predicar sobre sus enseñanzas basadas en el Evangelio del amor y la alegría para que la gente empezara a aprender y desarrollar las lecciones fundadas en el amor y el regocijo.”2 Krishna bendijo al mundo con su amor y su regocijo, y hasta el día de hoy los cuadros o las estatuas de Krishna son portadoras de la fragancia de ese amor.

Krishna fue el Jesús de su era, pero sabemos más sobre Krishna de lo que sabemos sobre Jesús, aunque Krishna vivió hace aproximadamente cinco mil trescientos años.3 Krishna se proclamó el Avatar y enseñó, como lo hizo Jesús: “Yo soy el camino”. La poética alocución de Krishna –el Bhagavad Gita: “El Canto del Señor”– explica que las personas se hallan perpetuamente atadas a la rueda del nacimiento y de la muerte, gastando y acumulando karma, incapaces de tratar de despojarse del apego a los resultados de sus acciones, a menos que se conecten con un Redentor. El héroe de la historia es Krishna mismo, quien guía a los sinceros buscadores espirituales y puede destruir los sanskaras acumulados. De hecho, el nombre de Krishna tiene varios significados, uno de los cuales es este: “destructor de todos los pecados del mundo”. El alma del individuo que se consagre a Krishna podrá liberarse de sus pecados, o sea, de sus sanskaras. Krishna es el héroe de la guerra y el héroe de la batalla de la vida, la batalla entablada por el individuo contra el ego inferior, para conquistar su yo superior.

El nacimiento de Krishna

Krishna nació en el clan de los yadavas que, en el tiempo de su nacimiento, se habían radicado en el valle del río Yamuna, en la India.4 Los padres de Krishna fueron el príncipe Vasudeva y su mujer Devaki. En la noche de bodas de éstos, el hermano de Devaki, el malvado rey Kamsa, se ofreció a llevar a la pareja de recién casados al palacio de Vasudeva cuando escuchó una voz que le decía que el octavo hijo de Devaki lo mataría (es decir, mataría a Kamsa). Kamsa se enfureció tanto que intentó matar a su propia hermana Devaki, pero Vasudeva apaciguó a kamsa ofreciendo darle cada uno de sus hijos.

Kamsa mató a los primeros seis hijos de Vasudeva y Devaki, y también envió soldados por el país para matar a los niños recién nacidos. Cuando Devaki quedó encinta con su séptimo hijo, Kamsa estaba totalmente alerta, pero el embarazo de Devaki desapareció, mientras que al mismo tiempo Rohini, otra de las esposas de Vasudeva, quedó misteriosamente encinta. El niño que Rohini dio a luz fue Belarama, quien sería el hermano de Krishna.

Kamsa quiso impedir el nacimiento del octavo hijo de Devaki, y entonces encarceló a Devaki y Vasudeva, encadenando a ambos para que no tuvieran contacto físico. La leyenda nos cuenta que una luz divina atravesó el cuerpo de Vasudeva y luego penetró en el vientre de Devaki haciéndola concebir su octavo hijo, que fue Krishna. Al mismo tiempo quedó encinta Yeshoda, esposa de un vaquero llamado Nanda.

Cuando Krishna nació en la cárcel, una fragancia divina llenó de aire y luz la celda que Vasudeva y Devaki ocupaban. Las cadenas se soltaron y ambos se postraron a los pies del Krishna adulto que estaba parado frente a ellos. Krishna le pidió a Vasudeva que lo llevara a la casa de Nanda, situada en Gokul, y trajera de regreso la niña que Yeshoda había dado a luz, y entonces Krishna se transformó en un bebé recién nacido que Vasudeva llevó a Gokul en una canasta. Intercambió los bebés y regresó a la cárcel, en la que las cadenas volvieron a ajustarse en los brazos y piernas de Vasudeva y Devaki. 

Cuando los carceleros despertaron de su sueño, convocaron a Kamsa, quien de inmediato trató de matar a la bebé. Cuando Kamsa estaba a punto de estrellar contra una roca la cabeza de la bebé, ésta se transformó en Durga, la Madre Divina, quien le informó a Kamsa que era un tonto porque su enemigo había nacido en otro lugar. Entonces Durga desapareció. Kamsa se arrepintió de lo que quería hacer, dispuso la libertad de Devaki y Vasudeva, que estaban encarcelados, y los devolvió a su palacio.

Yeshoda, la madre adoptiva de Krishna, despertó y encontró un hermoso bebé varón a su lado. Todos los relatos coinciden en que la presencia de Krishna era digna de adoración, y que aquellos que lo conocían, especialmente sus padres adoptivos, no podían soportar dejar de estar en su presencia. Las mujeres de la aldea se reunían en la casa de Yeshoda para tener el privilegio de alzar al bebé en sus brazos.

La vida de Krishna con sus padres adoptivos fue idílica, y su desenfadada alegría es el tema de la leyenda. La conexión del Avatar con Yeshoda continúa siendo estrecha incluso después de más de cinco mil años. Meher Baba explicó que Yeshoda reencarnó como Godavri Mai, la principal discípula de Upasni Maharaj, uno de los Maestros Perfectos que le develó su consciencia de Avatar.6

Los primeros años de Krishna

Los hábitos maternales de Yeshoda iniciaron costumbres que siguen sobreviviendo. Como madre adoptiva de Krishna, ella disfrutó todos los aspectos de su cuidado, incluso mecerlo en su cuna. Baba nos cuenta esto:

Godavri me dio la bienvenida, reclinó su cabeza sobre mis pies, me puso una guirnalda y me ubicó en la hamaca en la que Maharaj solía sentarse. El hecho de sentarse en la hamaca (jhula) deriva de Krishna. Su madre lo mecía en una cuna. Las gopis lo hacían sentar en una hamaca. Ahora es costumbre que los Maestros Perfectos se sienten en una hamaca. Esto no tiene por objeto ponerlos a dormir sino una especie de arrullo: “Krishna, ahora duérmete y no hagas travesuras”: eso es lo que significa. Krishna era muy travieso y pícaro, y solía hacer bromas. Cristo y Buda tenían otras costumbres. Creo que soy una mezcla de todos ellos.6

Meterse en problemas era una especialidad de Krishna cuando era muchachito. Andaba por toda la aldea derribando cosas, desarreglando toda propiedad que estuviera en orden, cazando pájaros y persiguiendo becerros. Parece que Krishna y sus amigos tenían un apetito insaciable por la leche, la cuajada y la manteca, y las mendigaban, las pedían o las robaban de las casas de la aldea. Krishna y Balarama reclutaban para sus travesuras a los otros niños de la aldea, y pronto encabezaron allí una banda que robaba manteca y leche. La banda de la manteca y la leche no era una banda cualquiera. La personalidad de Krishna era tan magnética que, en la aldea, nadie podía mostrarse enojado con él y sus compinches.

Yeshoda siempre supo que su hijo adoptivo era distinto, pero Krishna aumentó el aprecio que ella tenía por él cuando, un día, otros niños le contaron que Krishna había comido barro. Preocupada porque podría enfermarse, agarrándolo de inmediato, Yeshoda le pidió que abriera la boca. Krishna le dijo que los chicos estaban mintiendo y que no había comido barro. Yeshoda le insistió en que abriera la boca y, cuando Krishna lo hizo, ella tuvo una visión del mundo entero. Cuando Krishna retiró la visión, Yeshoda dejó de pensar en castigar al chico y lo abrazó cariñosamente.

Nanda, el padre adoptivo de Krishna, y otros ancianos de Gokul decidieron mudar la comunidad de vaqueros a Vrindaván, otra localidad situada en el valle del río Yumuna, de exuberante floresta. Krishna disfrutó su nuevo hogar explorándolo al máximo. Fabricó una flauta de bambú y se deleitó haciéndola sonar mientras las vacas pastaban. Así como los dedos de Krishna eran ligeros y ágiles con la flauta, también los dedos de Meher Baba eran gráciles al señalar las letras de sus palabras escogidas en la tabla alfabética que utilizaba después de iniciar su silencio. “Algunos habían comparado a Baba utilizando su tabla alfabética con el Señor Krishna tocando su flauta.”7 Además de sus travesuras y sus juegos, a Krishna le gustaba un juego parecido a las damas. Cuando Meher Baba estaba jugando a las damas, hizo este comentario: “Cuando yo era Krishna jugaba este juego, y en esta forma también lo disfruto.”8

Krishna y las gopis

Quienes acompañaban a Krishna en Vrindaván eran las gopis, a las que él deleitaba, encantaba y hacía bromas. Krishna tocaba la flauta para ellas, bailaba con ellas y les hacía malas pasadas, robándoles incluso sus vestidos cuando ellas se bañaban en el río. Baba visitó, en este advenimiento, los lugares predilectos de Krishna. En cambio, sin importar por qué razón, Baba no visitó Arabia Saudita y Palestina/Israel, donde pasó sus dos últimos advenimientos. Bhau Kalchuri registra las siguientes notas sobre una excursión a los lugares de Krishna en la India:

Al día siguiente [28 de enero de 1939] fueron a Mathura, donde Krishna nació, a Gokul, donde pasó su niñez, y a Vrindaván, donde vivió con las gopis. En Vrindaván, cerca de un templo, un joven mast que estaba tocando la flauta, exclamó al ver a Baba: “¡Allá viene mi Murlivale: mi Flautista! ¡Te he estado esperando!”. El mast estaba en éxtasis al ver a Baba.

Baba hizo este comentario mientras visitaba los lugares asociados con Krishna: “Cuando veo estos lugares, recuerdo mis viejos sitios favoritos; se parecen a mis viejos lugares que recuerdo bien. ¡Aquí era donde yo solía jugar con las gopis, y robarles la leche y la cuajada; aquí yo tocaba la flauta, y aquí mi Radha [la principal discípula de Krishna] venía corriendo a encontrarse conmigo! Actualmente he traído conmigo a mis nuevas gopis, y ahora Mehera [la principal discípula de Meher Baba] es mi Radha.”9

Al mencionar Baba a sus “gopis”, en esa ocasión en particular se refería al grupo de mujeres occidentales que eran mayoría y acompañaban a Baba en los lugares predilectos de Krishna. Sin embargo, el Señor Krishna de esta era disfrutó una etapa, durante la tercera década del siglo XX, en la que tuvo consigo discípulas occidentales y pasó el tiempo con ellas en India y en Occidente. Él solía referirse a las discípulas occidentales predilectas como sus “gopis”.10 A ellas les encantaba la compañía de Baba. Así como Krishna jugaba con las gopis de Vrindaván, Meher Baba jugaba con sus gopis orientales y occidentales, introduciéndolas en el círculo de su amor divino, disfrutando de momentos distendidos con ellas, y entrenándolas para un trabajo más serio y exigente que llegaría más tarde. El carisma de Baba y sus alegres travesuras eran idénticos a los de Krishna. Como Baba lo recordó en 1956, en Myrtle Beach, a un grupo de sus devotos: “Mi sentido del humor es enorme: es igual al de Krishna. Ese sentido del humor no debería confundirlos ni hacerles olvidar quién soy yo realmente.”11 Como el Señor Krishna, Baba hizo siempre hincapié en el sendero del amor. “Baba siempre quiso que consideráramos que el amor era algo festivo y luminoso, ¡nada que fuera solemne y aburrido! Había un tiempo para estar alegre y un tiempo para estar serio, que son los dos aspectos del Espíritu Divino. ¡Y Baba nos hablaba de Krishna y lo pleno de alegría y buen humor que era Krishna, siempre feliz, y que nadie hablaba más que él acerca del amor y de cómo el amor es acción en su máxima expresión!”12

Krishna sobrevive tras un atentado contra su vida

Entretanto, el malvado Kamsa se estaba inquietando cada vez más por la profecía que la etérea voz expresara en la boda de su hermana. Hacía mucho tiempo que Kamsa había sospechado que Krishna sería quien lo asesinaría, e incluso sin éxito había tratado de matar a Krishna enviando a varios asesinos disfrazados. Sin embargo, el jovencito venció todos los complots. El sabio Narada borró finalmente toda duda de la mente de Kamsa confirmando que, ciertamente, la persona que la profecía había predicho era Krishna.

La determinación de Kamsa de matar a Krishna antes de que Krishna lo matara a él fue redoblada por una conversación que tuvo con Narada. Volvió a encarcelar a Vasudeva y Devaki, y también a Ugrasena, tío de Devaki y del justo monarca. Kamsa no quiso tomar la opción obvia de enviar ejércitos hacia Vrindaván para matar a Krishna, porque ni Krishna ni su hermano habían hecho daño a nadie y ambos eran queridos por la comunidad de vaqueros con los que habían crecido. Entonces Kamsa tramó subrepticiamente un complot para matar a Krishna.

Kamsa invitó a Nanda, Krishna, Balarama y las gopis para que fueran a Mathura  a un festival de “Adoración del Arco”. El público sería invitado a una reunión en la que el arco sagrado sería puesto sobre un lecho de flores para que lo vieran y adoraran. Sin que la comunidad de Vrindaván lo supiera, Kamsa planeó liberar un elefante de guerra sobre los dos hermanos. Si los chicos sobrevivían tras el ataque, entonces serían invitados a luchar contra dos gladiadores campeones, quienes los agarrarían con fuerza y “accidentalmente” los aplastarían.

Cuando los chicos traspusieron el portón tras el que estaban el elefante, el mahout (cuidador de éstos) picaneó al elefante para que los embistiera. Krishna luchó valientemente con el animal y lo mató, quitándole incluso los dos colmillos. Entonces los chicos ingresaron en el ruedo en el que la multitud los acogió con un aplauso atronador. Los luchadores invitaron a los chicos combatir, y los chicos aceptaron a regañadientes. Ambos mataron a sus contrincantes y a tres luchadores más que los desafiaron.

Kamsa se puso como loco y ordenó que interrumpieran los festejos. Dispuso que los dos chicos fueran desterrados de Mathura y que también mataran a Vasudeva, padre biológico de Krishna, y a Ugrasena. Indignado por lo que Kamsa proclamó, Krishna saltó sobre el palco en el que aquél estaba sentado. Kamsa trató de matar a Krishna con su propia espada, pero Krishna lo mató rápidamente a mano limpia.

Krishna organizó las exequias de los muertos, y luego fue de prisa a la cárcel para poner en libertad a sus padres. Luego Krishna fue a la celda de Ugrasena y lo liberó, restituyéndolo como rey de los yadavas. Krishna y Balarama, reunidos con sus padres, fueron miembros de la Familia Real.

1. Lord Meher, 5219.

2. Meher Baba reporteado por Ruano Bogislav, “From a Nasik Notebook”, The Awakener, editado por Filis Frederick, Tomo XVI, Nº 2 (1976), 56.

3. Lord Meher
, 5432.

4. Se puede hallar material biográfico sobre Krishna en Swami Chinmayananda, Glory of Krishna (Bombay: Central Chinmaya Mission Trust, 2ª edición, 1990); Chakravarti Rajagopalachari, traductor, The Mahabharata, 21ª edición (Bombay: Bharatiya Vidya Bhavan, 1978); R.K. Narayan, traductor, The Mahabharata (Chicago: University of Chicago Press, 2000); Mohini M. Chatterji, traductor, The Bhagavad Gita (Nueva York: Causeway Books, 1960).

5. Lord  Meher
, 4807.

6. Lord  Meher
, 4483.

7. Bal Natu, Glimpses of the God-Man, Tomo VI (Myrtle Beach, Carolina del Sur: Sheriar Foundation, 1994), 185.

8. Lord  Meher
, 5165.

9. Lord  Meher
, 2374, nota final de capítulo fue omitida.

10. Por ejemplo, ver Love Alone Prevails, de Kitty Davy (Myrtle Beach, Carolina del Sur: Sheriar Press, Inc., 1981), 77.

11. Lord  Meher
, 5027.

12. Davy, Love Alone Prevails, 154-155.