Como ocurre con casi todas las doctrinas cristianas, la advertencia de Jesús sobre “ofrecer la otra mejilla” ya se ha convertido en fuente de especulaciones intelectuales, perdiéndose lo que Jesús quiso decir. Afortunadamente, Baba también ha aclarado esta especial enseñanza para beneficio de la posteridad.
Baba aclaró que Jesús no se propuso dictar un férreo principio pacifista para todos los tiempos y todas las situaciones. En sus artículos sobre “Violencia y No-Violencia” de sus Discursos, Meher Baba provee un exhaustivo análisis de las diferentes actitudes relacionadas con la violencia y la no-violencia, y con las diferentes situaciones en las que el uso de una u otra sería apropiado desde una perspectiva espiritual.
Un instante de reflexión sobre las vidas del Avatar en diversos advenimientos confirmaría que el Avatar no tiene “una sola norma para todas las situaciones” en este complicado tema. Rama, Krishna y Mahoma fueron guerreros que lideraron a sus seguidores en el combate y vencieron a sus enemigos. En cualquier caso, las decisiones relacionadas con el uso apropiado de la violencia requieren considerable discernimiento. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el Mahatma Gandhi instaba a emplear contra los alemanes los principios de la no-violencia, Baba comentó esto:
Gandhi considera que si te abofetean una mejilla tienes que ofrecer la otra. Él piensa que eso pondrá fin a las guerras. ¡Pero eso es sin-violencia y sin-sentido!
Mahasabha (un grupo político hindú reaccionario) dice que debería acatarse lo del Bhagavad Gita y actuar como lo declaró Krishna: defenderse, pero sin odio. Ahora bien, eso no es práctico, porque ¡el odio alemán es tan profundo que la reacción en todos los que se defiendan deberá ser de odio!
La enseñanza de Krishna, propiciada por el grupo Mahasabha y la enseñanza de Cristo propiciada por Gandhi, son dos enseñanzas poco prácticas para esta guerra. ¿Qué hicieron las naciones pequeñas? ¡No ofrecieron resistencia y fueron tragadas! Y ahora odian más que las que ofrecieron resistencia.
Entonces ahora vendrá una nueva manera, la tercera manera, para que haya paz mundial. Primero la guerra mundial, y luego la paz mundial.116
Si “ofrecer la otra mejilla” no fue una norma inflexible para todas las situaciones, ¿qué principios espirituales estaba Jesús tratando de enseñar? Un rasgo característico que todos los aspirantes espirituales deben tener es el del control. Baba reflexionó así: “Cuando Cristo dijo que ofrecieran la otra mejilla al ser abofeteados, el significado de esto es: contrólate. Pero el mundo piensa que si te abofetean y no te alteras, eres un cobarde o un desvergonzado.”117
Todos los Avatares han hecho hincapié en que necesitamos controlar la ira y “ofrecer la otra mejilla”, y que esto nos permite con seguridad practicar y desarrollar esa clase de control. Sin embargo, la lección espiritual es más profunda e implica eliminar los sanskaras (impresiones mentales). Como Baba lo explica en Discursos y en Dios Habla, el sendero espiritual consiste en “desovillar” y erradicar los sanskaras que el aspirante ha acumulado en su consciencia en el curso de incontables encarnaciones. Los que nos abofetean, acosan, difaman o critican, nos ayudan a eliminar nuestros sanskaras, frecuentemente cargando con ellos. Baba dio esta explicación; “Si alguien nos maltrata o insulta, y se convierte en el causante de nuestro sufrimiento, o si de cualquier manera nos acosan, deberíamos inclinarnos ante esta persona en lugar de reaccionar airadamente contra ella porque es el medio con el que se erradicarán nuestros sanskaras. Esto es lo que Jesús significó cuando dijo que, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele la izquierda.”118
En una ocasión Baba hizo este comentario: “Jesús no tenía un techo sobre su cabeza y tenía que vagar todo el tiempo.”119 Baba nos cuenta que Jesús viajó a India y a Birmania y regresó a Cachemira después de su crucifixión, además de viajar muchas veces dentro de Israel. Aunque Baba no proporcionó nada que se acercase a una completa descripción de la vida de Jesús después de la crucifixión, efectuó reflexiones sobre algunos viajes sorprendentes que Jesús realizó.
Baba visitó Venecia, en Italia, con algunos de sus amantes occidentales en 1932. En esta visita reveló alguna sorprendente información sobre Jesús:
Visitaron la Plaza de San Marcos a las once y media de la mañana y, por sugerencia de las gopis, se decidió entrar en la iglesia. Baba explicó afuera la arquitectura de la iglesia y su significado espiritual. Les había hecho contar y anotar la cantidad de columnas, cúpulas y arcadas, que sumaban exactamente ciento veinte. Baba indicó: “Esta iglesia es uno de los cuatro centros espirituales más grandes de Europa. Todo el conjunto corresponde a los doce discípulos del círculo interno del Avatar y los ciento ocho discípulos de los círculos externos.”
Luego Baba reveló esto: “Yo estuve aquí como Jesús con dos de mis apóstoles un mes antes de mi crucifixión y me senté en el sitio exacto en el que posteriormente fue construida la Plaza de San Marcos.”120
Más tarde, en 1932, Meher Baba visitó la iglesia copta en El Cairo, Egipto. Allí reveló más información nueva sobre la vida de Jesús:
En El Cairo, Baba les reveló a Kaka Baria y Chanji: “La iglesia copta tiene en su interior una cueva en la que María y José vivieron después de huir de Herodes. La razón de que yo viniera a Egipto fue visitar esta iglesia.”
Guiados por Baba, visitaron la iglesia copta al día siguiente. El rostro de Baba irradiaba alegría cuando recorrió la iglesia, como si estuviera volviendo a vivir sus recuerdos como Jesús. “Este es mi viejo y querido lugar” recordó, e indicó que Jesús también había venido y estado aquí con sus apóstoles. Baba bajó hasta la habitación pequeña y oscura de la cueva. El guardián de la iglesia no quiso abrirla, pero Baba insistió y finalmente aquél aceptó abrirla. Les dijeron que la iglesia había sido erigida sobre la cueva novecientos treinta años después de Cristo.121
Baba también reveló que Jesús visitó la sagrada ciudad de Benarés, que actualmente se llama Varanasi, sobre el río Ganges.122 Esta revelación es menos sorprendente en el contexto de la más importante revelación de que Jesús vivió y murió en India.
Durante dos mil años, los cristianos se han debatido con el desafío de cómo Jesús quería que ellos vivieran. En cualquier religión, las vidas de los santos dan ejemplos de cómo la religión debería ser practicada. En una ocasión Baba bromeó diciendo que los santos eran el capital de Dios, y que Su negocio era convertir Sus pasivos en activos. Durante una visita a Estados Unidos, Baba reveló que sus cuatro santos cristianos predilectos eran Santa Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena, San Francisco de Asís y San Agustín.123 Baba también reveló que San Francisco “fue el único de los muy pocos santos de Europa que llegó a ser un Maestro Perfecto.”124
Baba quería especialmente a estos santos. (Habría que recordar que un “santo” desde el punto de vista de Meher Baba es un aspirante muy avanzado que se halla en el quinto o sexto plano interno de consciencia. Es dificilísimo alcanzar el quinto o el sexto plano, y de ninguna manera influía sobre Baba el hecho de que una religión o una institución en particular considerara que alguien fuera un santo). En su discurso sobre “Las Doce Maneras de Realizarme”, Meher Baba dice: “Si el amor que tienes por Mí es el que San Francisco tuvo por Jesús, entonces no sólo Me Realizarás, sino que también Me complacerás.”125 Baba dijo sobre Santa Teresa: “Ella me amó; me consagró su vida por completo.”126
Respecto de su amado San Francisco, Baba visitó Asís e insistió en efectuar algo relacionado con su trabajo universal, en una cueva en la que San Francisco había meditado sobre Jesús. Los pormenores del viaje de Meher Baba a Asís constan en las páginas 1688 a 1693 de Lord Meher. De manera similar, Meher Baba visitó Ávila y allí elogió la atmósfera espiritual y explicó que tenía que hacer un “trabajo especial”.127
El sendero hacia Dios atraviesa inevitablemente la santidad, pero la santidad no es el objetivo de la vida. El objetivo es la unión con Dios, y Baba nos cuenta que San Francisco fue un ser que alcanzó ese excepcional objetivo.
Si Dios no tuviera sentido del humor, nosotros nunca podríamos tenerlo. Durante dos mil años, el Cristianismo ha descripto a Jesús como un ser serio, ajeno a este mundo, y carente de humor. Afortunadamente, Baba nos ha proporcionado un retrato renovado de Jesús, de quien ahora sabemos que perpetró la máxima broma de la historia: fingió su propia muerte. El Jesús real fue un hombre indudablemente alegre y de muy buen humor, que se ocupaba de Dios con seriedad, y de la vida cotidiana con alegría, como Dios pretendía que había que vivir la vida. Él viajó por el mundo pero hasta ahora sabemos poco de su trabajo universal. El Avatar sufre una continua crucifixión por nosotros. Jesús sufrió por su trabajo universal en nombre del mundo para enseñarnos humildad e introducir la compasión y la bondad en la vida de todos los días. No podemos comprender al Cristo. Podemos amarlo, y si lo amamos como San Francisco lo amó, lo complaceremos.