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¿Quién es Meher Baba? 

¿Quién es Meher Baba? 

¿Quién es Meher Baba? 

Como ustedes dicen, a veces es difícil saber qué decirle a la gente cuando pregunta acerca de Meher Baba. Ustedes no son los únicos que han tenido esta dificultad. Hasta los que estábamos con Baba no sabíamos cómo responder las preguntas de la gente. ¿No les conté sobre aquella vez en la que Baba me envió para que hablara a la gente acerca de él? Yo nunca había hablado en público, y no sabía qué decir; no era un filósofo como Deshmukh, quien podía disertar sobre elevados temas espirituales. ¿Qué era lo que yo sabía hacer? Sabía cuidar a Baba, empacar su ropa de cama para poder encontrar en oscuridad lo que necesitara, estar sentado durante horas sin hacer ruido durante la guardia nocturna, barrer su habitación, y cosas por el estilo. Esto es lo que yo sabía hacer. ¿Pero en este caso qué podía decirles a los demás?

Como lo he repetido muchas veces, yo estaba aquí solamente como un observador. No estaba convencido de que Baba fuera el Avatar. Yo no era una persona que estaba loca de amor por Baba. Simplemente Baba me llamó, yo acudí, me quedé y le serví.

Y Baba sabía esto. Sin preguntarme qué era lo que yo pensaba y sentía, Baba acudió en mi auxilio diciéndome: “Aunque no puedas decir que Baba es Dios, puedes decir siempre: ‘Baba dice que Él es Dios’”. De modo que Baba me dio una pauta. Podemos usar siempre sus palabras. No necesitamos tener una convicción o una experiencia personal para decir: “Baba dice que Él es el mismo Antiguo que vino una vez más para estar en medio de nosotros”. De modo que esta es una pauta que Baba nos ha dado. Pero Baba también nos ha dicho que seamos sinceros. Si ustedes consideran que Baba es el demonio, entonces deberían decir que piensan que Baba es el demonio. Si consideran que Baba es Dios, entonces deberían decirlo. Digan lo que su corazón les induzca a decir. Esta es también una pauta que Baba nos ha dado. ¿Por qué nos la ha dado? Porque él es todo lo que consideremos que él es. No puede excluírselo de nada, pues Él es la Existencia Infinita y Eterna. Baba dijo una vez que si ustedes creen que el infierno existe, entonces el infierno no puede existir sin que él esté ahí.

Pero ustedes ya saben esto: sin embargo, no saben cómo contestarle a la gente cuando les pregunta: “¿Quién es Meher Baba?”. ¿Pero sabían ustedes que Baba contestó personalmente esa pregunta? Hay una historia detrás de esto. Como ustedes saben, después de la Nueva Vida, Baba hizo público súbitamente el tesoro de Su nombre. Dijo a sus amantes que compartieran su tesoro por doquier. Baba había viajado de incógnito hasta entonces. Si alguien nos preguntaba: “¿Ése es Baba?”, teníamos que fingir que éramos sordos porque Baba no quería que la gente lo reconociera y se acercara a él. Todos esos años durante los cuales yo era muy joven, fuerte y energético, él se ocultó del mundo. Y después, tras las severidades de la Nueva Vida y tras el accidente cuando Baba estaba todavía enyesado, es entonces cuando empieza a anunciar al mundo su presencia y que Él es el Más Alto de los Altos, Dios en forma humana, y el Avatar.

Y sus amantes empezaron a hacer lo que les correspondía presentando a Baba al mundo y haciendo que su nombre se conociera por todos lados. Ahora esto sucede de tal manera que, hacia esta época, en la década del sesenta, hubo en Nueva York una Feria del Mundo. Y algunos occidentales amantes de Baba tenían allí un stand y distribuían textos sobre Baba, y le escribían a Baba contándole sobre todos los contactos que hacían y las cosas divertidas que sucedían. Y Baba estaba muy complacido con sus amorosos esfuerzos. Especialmente, o así pareció, cuando estuvo aquí un grupo de amantes de Baba orientales. Baba exaltaba las virtudes, la dedicación y el arduo trabajo que estaban haciendo en Occidente. Les decía:

–Miren a mis amantes de Occidente, ellos apenas tienen la oportunidad de verme; sin embargo, miren lo que ellos han hecho para difundir mi nombre y mi mensaje. Y ustedes, todos ustedes, que han recibido tantas oportunidades más de verme, de estar conmigo, de recibir mi amor, ¿qué han hecho ustedes? –Y así siguió. Ustedes saben cómo Baba incitaba a la gente a que hiciera algo y cómo hallaba la ocasión para urgirlas un poco por aquí y picanearlas otro poco por allá.

Y sus amantes de acá tomaron esto a pecho. Empezaron a pensar que era verdad, que no estaban haciendo lo suficiente. Entonces sucedió que, poco después de esto, hubo en Bombay una gran feria de la industria. Había enormes tiendas armadas sobre acres de terreno, y centenares de stands debajo de aquéllas y miles de personas que acudían cada día, de modo que los amantes de Bombay pensaron: “¿No sería maravilloso que pudiéramos conseguir un stand y tener allí textos e información sobre Baba para que todas esas personas pudieran enterarse de él?”. Y eso es lo que hicieron. Lo que no sé es cómo organizaron todo. Tendrán que preguntarle a alguno de los de Bombay, pero de alguna manera ellos lo lograron, armaron un stand al que empezaron a concurrir multitudes. Y quienes iban tenían muchísima curiosidad de conocer acerca de Meher Baba. Pero los que iban les hacían la misma pregunta y ellos no sabían cómo contestarla, pues les preguntaban: “¿Quién es Meher Baba?”, y ellos no sabían qué decirles.

Alguien dijo: “Él es el Antiguo”. Otros dijeron: “Él es el Más Alto de los Altos”. Los amantes de Bombay decían lo que se les ocurría, lo que ellos consideraban que Baba era, pero se dieron cuenta que no importaba lo que dijeran, nada contentaba la multitud. Y se desesperaron. ¿Cómo contestar esa pregunta? La gente seguía haciéndole esa pregunta una y otra vez, y ellos no tenían respuesta alguna. Entonces lo llamaron a Baba. En esa época estábamos en Pune, y recuerdo que contesté el teléfono y ellos me explicaron cuál era la situación y me dijeron: 

–Eruch, ¿qué deberíamos decir?

Entonces les dije: 

–Baba está en la habitación de al lado, aguarden y le preguntaré. –Y le pregunté.

Baba pareció divertido ante esa situación, pero me dijo que les dijera que, cuando alguien preguntara: “¿Quién es Meher Baba?”, deberían contestar: “Él es Aquel que provoca esta pregunta en ti. El Ser de todos los seres.” Solamente eso. Entonces repetí a los amantes de Bombay lo que Baba me había dicho, y al final imprimieron un folleto titulado Preguntas y respuestas sobre Meher Baba; la primera pregunta era ésta: “¿Quién es Meher Baba?”, y su respuesta era lo que Baba les había dicho: que Él es Aquel que provoca esta pregunta en ti. Él es el Ser de todos los seres.

Y eso satisfizo a la gente. Cuando los de Bombay les decían esto, la gente quedaba sorprendida pero satisfecha. Esto tenía sentido para ellos de una manera en la que el “Antiguo”, el “Más Alto de los Altos”, etcétera, no lo tenían. Esto lo pudieron entender. Baba es quien nos incita a buscarlo. Nuestra curiosidad de averiguar acerca de Dios, o acerca de la Verdad, eso mismo es Baba. Una vez un santo sufí dijo que incluso nuestra pregunta a Dios: “¿Dónde estás?”, es Su respuesta: “Aquí estoy”. O sea que porque sentimos Su presencia nos sentimos impulsados a buscarlo y, desesperados, Le decimos a viva voz: “¿Dónde estás?”. Cuando no sentimos Su presencia, no lo extrañamos, no lo buscamos. ¡Qué juego es todo esto!

Una vez un Maestro Perfecto dijo: “Al principio yo estaba equivocado en cuatro aspectos. Me preocupé por recordar a Dios, conocerlo, amarlo y buscarlo. Y cuando yo había llegado al final, vi que Él me había recordado antes de que yo Lo recordara a Él, que su conocimiento de mí había precedido a mi conocimiento de Él, que Su amor a mí había existido antes de mi amor por Él, y que Él me había buscado antes de que yo Lo hubiera buscado a Él”.

Insondable